Por Mag. Héctor Hernán Molano Cortés
Entrar en el mundo de la exégesis no es una tarea fácil pero no imposible. Si bien, nos acercamos a textos antiguos con formas de escritura particular, también es cierto que Dios quiere que le conozcamos más y él nos brinda la ayuda por medio del Espíritu Santo.
El aspecto más importante que se debe tener en cuenta al hacer un ejercicio como estos es el tener un deseo investigativo, quizá al estilo de “Sherlock Holmes”, tratando de unir las piezas para encontrar la verdad. Sólo encontrando las piezas del rompecabezas se puede llegar a armar las partes para obtener un buen cuadro de la situación.
Por otro lado, se debe tener paciencia; esta virtud es vital para llegar a una buena exégesis, pues usted no puede pretender en el primer acercamiento encontrar todo lo que el texto puede brindar, sino que debe una y otra vez re-leer, revisar y analizar. Mucho cuidado, la paciencia no implica indisciplina en la investigación, la paciencia debe ir al lado de la disciplina en continuar en el trabajo.
Como último aspecto que resalto para exegetizar es el decidir; hay un momento en la investigación en el que se tienen que tomar decisiones frente a lo encontrado, no se podrá abarcar absolutamente todo pero sí se analizará lo más relevante para tomarlo como resultado; quizá se abran nuevas puertas investigativas pero estas deberán dejarse para nuevas investigaciones.
Resumiendo, un exegeta debe ser un detective-investigador, un paciente-disciplinado y un juez-sincero
A continuación presentó algunos pasos en este proceso, los cuales propone Allen P. Ross (Old Testament Exegesis en http://www.christianleadershipcenter.org/)
Síntesis del pasaje
Debe iniciarse con una descripción del pasaje y un resumen exegético, al hacerlo se debe tratar de articular la estructura y la unidad del texto.
a. Desarrollando la descripción del pasaje
En este se describe en sus propias palabras el contenido del pasaje. Debe escribirse en frases completas y no sólo tópicos, debe interpretar los conceptos y las figuras del pasaje.
Si por ejemplo se quiere trabajar en un salmo, se debe de escribir un pequeño resumen de cada una de las frases, dándole el sentido a las palabras del salmo. En el salmo dos la cosa sería algo como:
El salmista expresa asombro de que el esquema de las naciones no puede suceder.
En un segundo punto, intente de unir ideas similares en unidades (en el salmo dos los versos 1 al 3). Luego resuma cada uno de los grupos que unió en el anterior paso.
b. Resumen exegético o sinopsis
Lo que se pretende ahora es escribir en una sola frase el contenido del pasaje, si usted es capaz de hacer esto entonces esta logrando mostrar la unidad del pasaje de estudio. Usted puede tomas los resúmenes de los grupos de la sección anterior y en ellos busque la idea central; en esto momento no debe preocuparle escribir una oración extensa.
La Exposición
a. Desarrollando la exposición descriptiva
En este punto usted debe de tomar los resúmenes que ya tiene y transformarlos en proposiciones más directas y cortas, ya no deben ser históricas y descriptivas sino que no tengan referencia el tiempo.
b. La idea expuesta
Ahora debe dirigir lo que ya ha hecho a la audiencia moderna a la cual le va a exponer el tema.
Formulando las aplicaciones
Un estudio exegético debe incluir aplicaciones, por ejemplo qué se debe creer, con base en qué se debe creer, etc. Aquí algunas ideas que pueden ser útiles:
Aísle la verdad teológica del tiempo para que pueda ser aplicada, pero trabaje dentro del pasaje.
Observe las distinciones entre los testamentos
Distinga entre las aplicaciones primarias y secundarias
No eleve la aplicación a ser interpretación
Sea claro, directo y específico
Correlación
Aquí debe correlacionar el pasaje de estudio con otros pasajes de la Biblia que enseñen lo mismo o que tengan ideas relacionadas. Este punto es importante porque muestra la unión de la Escritura, ayuda también a corroborar las ideas teológicas obtenidas y la aplicación; sin embargo se debe considerar que el nuevo testamento puede expresar las verdades teológicas en una cultura diferente. Tenga en cuenta entonces:
Correlacionar las ideas teológicas de los pasajes
Asegúrese de correlacionar la idea con el NT, en especial con los escritos apostólicos (en cambio de los evangelios)
No haga que los pasajes correlacionados del NT se conviertan en el centro del mensaje
Mantenga el punto.
EXEGESIS, DESCRIBIENDO EL PROCEDIMIENTO
La palabra exégesis viene del griego y quiere decir sacar fuera, esto es, la interpretación debe surgir del texto. Lo que no se debe hacer es eisegesis que quiere decir que se va al texto con una idea preconcebida y se refuerza esa idea con el texto.
Determinar la unidad literaria a ser estudiada
a. Estudie la estructura literaria y los motivos que forman la unidad de tal forma que cubra todo el pasaje.
b. Tome en cuenta el género literario y realice comparaciones con pasajes similares.
c. Determine la relación de unidad a ser estudiada en su contexto y en el argumento del libro.
Observaciones preliminares del texto
a. Lea el pasaje en varias versiones para ver en dónde hay más diferencias que tengan que ser explicadas.
b. Note cualquier dificultad textual que deba colocarle atención.
c. Liste las palabras clave que necesitaran de estudio, palabras que lleven el mensaje del pasaje, repetidas o problemáticas.
d. Observe las características y las figuras del lenguaje, y señale aquellas que requieran una explicación.
e. Note cualquier dificultad gramatical o sintáctica que deba ser explicada luego.
f. Marque los verbos clave que tengan que ser estudiados, observe el modo, tiempo, etc.
g. Note motivos o modelos que se hayan levantado en pasajes anteriores.
h. Identifique citas que sean nombradas o aludidas en el Nuevo Testamento.
Resolución de problemas críticos
a. Determine la forma precisa del texto hebreo (baja crítica)
b. Ubique los problemas de tiempo, autoría, composición e integridad del texto (alta crítica).
Estudio de términos
a. Antes de entrar al estudio, determine las palabras de mayor impacto teológico y estúdielas. (incluya palabras que son importante para el libro entero)
b. Escoja las palabras que le ayudaran a explicar completamente el pasaje, las que sean el corazón de la interpretación, las que son los términos teológicos básicos de la Biblia, las que son difíciles y no claras, y palabras que juegan un papel importante o se repiten.
Análisis poético
a. Estudie la estructura del pasaje; observe el diálogo narrativo, las repeticiones, las inclusiones, quiasmos y cómo estos influyen en el sentido. Compare el género del pasaje con pasajes de otros géneros y los detalles de los pasajes paralelos para determinar la intención del autor.
b. Estudie la textura del pasaje; mire las figuras significativas del discurso, tipos y anticipos y determine su sentido en el contexto.
c. Diagrame la estructura del pasaje.
Análisis gramático y sintáctico
a. Los pasajes poéticos y de diálogo requieren especial cuidado.
b. Inicie revisando varias versiones.
c. Desarrolle formas para separar palabras y construcciones que serán mejor entendidas a través de sus propias clasificaciones.
Síntesis exegética
a. Haga una completa descripción del pasaje, colocando en sus propias palabras el contenido del pasaje.
b. Escriba frases de resumen y haga un párrafo que tenga las ideas principales del pasaje.
Teología del pasaje
a. Organice los temas del pasaje, por ejemplo colocando lo que dice de Dios, sus nombres, etc.
b. Sea capaz de colocar sus propias frases teológicas, que sean los principios atemporales del pasaje.
c. Correlacione las ideas teológicas con la teología de toda la Biblia. Cómo usa el NT al AT, sea cuidadoso de no leer las ideas del NT en el AT.
Desarrollo de la exposición
a. Trabaje con la idea teológica, la frase central de la exposición. Se debe adecuar a todo el pasaje, debe ser atemporal, ser aplicable a la audiencia
b. Desarrolle los puntos importantes de su esquema, use subpuntos.
Aplicación
a. Desarrolle el direccionamiento de la conclusión ya que ahora sabe a dónde va el pasaje.
b. Sea claro en su conclusión, que no existan aplicaciones sin sentido; asegúrese de que enseña lo que la gente debe hacer, creer y hacer.
c. Ahora que sabe lo que quiere, escriba una clara y efectiva introducción; coloque los puntos a desarrollar, luego coloque el bagaje histórico cultural
d. Colóquele un título a la exposición.
Thursday, 8 October 2009
Tuesday, 8 September 2009
Teología narrativa y el uso de la Biblia en laTeología Sistemática
Hacia la segunda parte del siglo veinte, se dio entre la erudición bíblica lo que se conoce como el giro narrativo, con esto se quiere decir que el estudio de la Biblia se centraría en la narrativa y sus representaciones específicas antes que en las proposiciones que surgen a raíz de un análisis de los datos entregados por la revelación.
Una característica relevante dentro de lo que es el giro hacia la narrativa es que, de la narrativa se puede obtener y presentar la Teología; de hecho, la narrativa lleva al lector a que comprenda los implícitos que transmite, de una manera que el lector no sienta que se le está forzando a tomar una decisión frente a lo que lee; por su parte las máximas proposicionales llevan la voluntad de absolutizar las ideas y de alguna forma crean en el lector una imperiosa necesidad de tomar partido frente a ella.
Introducción
Debido a los desarrollos que se han dado en el campo narrativo del estudio de la Biblia, se debería en Teología representar los contenidos de la fe de la misma forma a cambio de ser representados como una serie de proposiciones lógicas que lleven a tomar decisiones al lector. Si la Biblia se presenta a manera de narraciones ¿por qué tenemos que perder el interesante medio de la narración para presentar nuestra Teología?
El autor nos quiere hacer entender que el giro narrativo está íntimamente relacionado con el giro lingüístico que se ha presentado en la filosofía; dicha unión se presenta debido a que ambos giros están combatiendo la naturaleza referencial del lenguaje en relación con la lectura de los textos. Nos advierte que eruditos como Ricoeur, Gadamer y Eco presentaron un énfasis en el juego del lenguaje a cambio de una naturaleza netamente referencial. Esto es, que el texto no debe tomarse como un grupo de palabras, sin la transmisión que se puede lograr a través de la interconexión que hay entre ellas, por sus géneros y formas que llevan al autor a otro plano de referencia. Por supuesto, esto tiene mucho que decir al área de la Teología, ya que es precisamente el lenguaje teológico o las proposiciones teológicas las que intentan llevar en sus palabras un marco referencial olvidando la narración que ellas mismas presentan.
En defensa de la referencia en la narrativa
Como primera medida algunos defienden la referencia a la narrativa, reconociendo que existe una referencia a los hechos históricos. Por ejemplo, Jansen dice que no es lo mismo leer las Escrituras mirándolas como un reporte de historia o como simplemente una literatura más; si se quiere mirar la interpretación literaria del texto es relevante el conocimiento del contexto, pero esto no es tan indispensable para estudiar el texto desde los géneros que está presentando. Si los evangelios están diciendo que son historias ¿por qué no leerlos de esa manera?
Por su parte Watson puntúa que existe unión entre la historiografía y la narrativa; de hecho, no se puede decir que la historiografía es neutra al formular los hechos que acontecieron, por supuesto, tampoco es pura fantasía. Lo que sucede es que la historiografía se presenta como una narración, se está mostrando lo que los hechos fueron pero también lo que podrían ser.
Por otro lado, la referencia a la narrativa, también es defendida por aquellos que la unen con la referencia a nuestro mundo de acción. Este enfoque de pensamiento es aportado por dos grupos de investigación, los de la teoría del acto del discurso y los de la filosofía de Ricoeur. Dicen que en la narrativa presenta a nuestro mundo de acción en un triple proceso: - el mundo del actual del narrador está prefigurado en la narrativa, - el mundo de referencia está configurado en la narrativa por vía de referencia al mundo que está implícito en él, - la narrativa re-figura nuestro futuro mundo de acción. Con esto se quiere expresar que la narrativa, está presentando al mundo en el que se actúa de alguna forma; por eso la realidad que se presenta en la narrativa tiene relación con el mundo actual en que la gente vive. También es relevante mencionar que la narrativa no está simplemente copiando la realidad que se tiene, sino que ella misma crea su campo de referencia.
Lo que se acotó en el párrafo anterior impacta por supuesto a la Teología, pues lo que leemos en la Biblia que se narra, si bien, está mostrando una realidad del mundo del escritor, también es cierto que esa misma narración se convierte en referencia para nosotros y nos transmite esos implícitos inmersos en la narrativa sin ser colocados explícitamente.
La naturaleza de la referencia en narrativa
El argumento inicial es: como la narrativa está representando objetos externos, entonces ellos mismos, por estar fuera de la narrativa, hacen que la referencia a la misma narrativa no se sostenga. Este argumento puede tomar varios caminos, por un lado se debe decir que la narrativa es más contextual que relatos proposicionales de fe, de está forma la narrativa se puede quedar en la historia, en tanto que los otros relatos llevan un clamor de verdad. También se pudiera sugerir que los clamores de la narrativa son más modestos, pues la referencia a objetos externos es mantenida implícita en la historia, en tanto que estos son explícitos en los relatos proposicionales de fe. Por último, se puede decir que si la narrativa lleva el impacto de la referencia, es porque la historia lleva en sí un poder, que le hace crear esas referencias en una forma ambigua.
Lo que debe quedar claro es que la Teología expresada en narrativa nos llevará de una forma sutil a las verdades que ella representa. Por supuesto, existe el peligro de querer elevar la Teología narrativa por encima de cualquier otra forma de hacer Teología, pero es importante no sobre-estimar lo que se presenta con el poder de la narrativa y de sub-estimar lo que se puede hacer con proposiciones y/o aserciones teológicas, que creo pueden seguir teniendo relevancia sí se les mira en los diferentes entornos en que fueron presentadas. Creo que la apertura a esta manera de hacer Teología nos acerca más al texto bíblico, a su forma y contenido, nos puede ayudar a franquear distancias doctrinales, sin embargo, no se puede olvidar que el que lee seguirá teniendo la subjetividad propia del humano e intentará imponer su interpretación de la narración sobre otros, la discusión creo que está comenzando.
Una característica relevante dentro de lo que es el giro hacia la narrativa es que, de la narrativa se puede obtener y presentar la Teología; de hecho, la narrativa lleva al lector a que comprenda los implícitos que transmite, de una manera que el lector no sienta que se le está forzando a tomar una decisión frente a lo que lee; por su parte las máximas proposicionales llevan la voluntad de absolutizar las ideas y de alguna forma crean en el lector una imperiosa necesidad de tomar partido frente a ella.
Introducción
Debido a los desarrollos que se han dado en el campo narrativo del estudio de la Biblia, se debería en Teología representar los contenidos de la fe de la misma forma a cambio de ser representados como una serie de proposiciones lógicas que lleven a tomar decisiones al lector. Si la Biblia se presenta a manera de narraciones ¿por qué tenemos que perder el interesante medio de la narración para presentar nuestra Teología?
El autor nos quiere hacer entender que el giro narrativo está íntimamente relacionado con el giro lingüístico que se ha presentado en la filosofía; dicha unión se presenta debido a que ambos giros están combatiendo la naturaleza referencial del lenguaje en relación con la lectura de los textos. Nos advierte que eruditos como Ricoeur, Gadamer y Eco presentaron un énfasis en el juego del lenguaje a cambio de una naturaleza netamente referencial. Esto es, que el texto no debe tomarse como un grupo de palabras, sin la transmisión que se puede lograr a través de la interconexión que hay entre ellas, por sus géneros y formas que llevan al autor a otro plano de referencia. Por supuesto, esto tiene mucho que decir al área de la Teología, ya que es precisamente el lenguaje teológico o las proposiciones teológicas las que intentan llevar en sus palabras un marco referencial olvidando la narración que ellas mismas presentan.
En defensa de la referencia en la narrativa
Como primera medida algunos defienden la referencia a la narrativa, reconociendo que existe una referencia a los hechos históricos. Por ejemplo, Jansen dice que no es lo mismo leer las Escrituras mirándolas como un reporte de historia o como simplemente una literatura más; si se quiere mirar la interpretación literaria del texto es relevante el conocimiento del contexto, pero esto no es tan indispensable para estudiar el texto desde los géneros que está presentando. Si los evangelios están diciendo que son historias ¿por qué no leerlos de esa manera?
Por su parte Watson puntúa que existe unión entre la historiografía y la narrativa; de hecho, no se puede decir que la historiografía es neutra al formular los hechos que acontecieron, por supuesto, tampoco es pura fantasía. Lo que sucede es que la historiografía se presenta como una narración, se está mostrando lo que los hechos fueron pero también lo que podrían ser.
Por otro lado, la referencia a la narrativa, también es defendida por aquellos que la unen con la referencia a nuestro mundo de acción. Este enfoque de pensamiento es aportado por dos grupos de investigación, los de la teoría del acto del discurso y los de la filosofía de Ricoeur. Dicen que en la narrativa presenta a nuestro mundo de acción en un triple proceso: - el mundo del actual del narrador está prefigurado en la narrativa, - el mundo de referencia está configurado en la narrativa por vía de referencia al mundo que está implícito en él, - la narrativa re-figura nuestro futuro mundo de acción. Con esto se quiere expresar que la narrativa, está presentando al mundo en el que se actúa de alguna forma; por eso la realidad que se presenta en la narrativa tiene relación con el mundo actual en que la gente vive. También es relevante mencionar que la narrativa no está simplemente copiando la realidad que se tiene, sino que ella misma crea su campo de referencia.
Lo que se acotó en el párrafo anterior impacta por supuesto a la Teología, pues lo que leemos en la Biblia que se narra, si bien, está mostrando una realidad del mundo del escritor, también es cierto que esa misma narración se convierte en referencia para nosotros y nos transmite esos implícitos inmersos en la narrativa sin ser colocados explícitamente.
La naturaleza de la referencia en narrativa
El argumento inicial es: como la narrativa está representando objetos externos, entonces ellos mismos, por estar fuera de la narrativa, hacen que la referencia a la misma narrativa no se sostenga. Este argumento puede tomar varios caminos, por un lado se debe decir que la narrativa es más contextual que relatos proposicionales de fe, de está forma la narrativa se puede quedar en la historia, en tanto que los otros relatos llevan un clamor de verdad. También se pudiera sugerir que los clamores de la narrativa son más modestos, pues la referencia a objetos externos es mantenida implícita en la historia, en tanto que estos son explícitos en los relatos proposicionales de fe. Por último, se puede decir que si la narrativa lleva el impacto de la referencia, es porque la historia lleva en sí un poder, que le hace crear esas referencias en una forma ambigua.
Lo que debe quedar claro es que la Teología expresada en narrativa nos llevará de una forma sutil a las verdades que ella representa. Por supuesto, existe el peligro de querer elevar la Teología narrativa por encima de cualquier otra forma de hacer Teología, pero es importante no sobre-estimar lo que se presenta con el poder de la narrativa y de sub-estimar lo que se puede hacer con proposiciones y/o aserciones teológicas, que creo pueden seguir teniendo relevancia sí se les mira en los diferentes entornos en que fueron presentadas. Creo que la apertura a esta manera de hacer Teología nos acerca más al texto bíblico, a su forma y contenido, nos puede ayudar a franquear distancias doctrinales, sin embargo, no se puede olvidar que el que lee seguirá teniendo la subjetividad propia del humano e intentará imponer su interpretación de la narración sobre otros, la discusión creo que está comenzando.
Teología Narrativa
(Use la lectura de H. Weinrich)
La mayor parte de la Biblia la constituyen narraciones, ya sean de carácter histórico, hipotético o ilustrativo, por lo que se puede decir que la base de la Teología se encuentra inmersa en narraciones de fe. Pero ¿cómo se va dando ese proceso narrativo? Si se piensa por ejemplo en un Jesús, que narra sus historias frente a un grupo de sus seguidores, uno pudiera pensar que dicho grupo le escucha; este grupo, los receptores de la narración, se van a convertir en narradores potenciales con otros receptores. Las narraciones así movidas pueden no ser exactas, en cada una de sus partes, a la narración original, pero sí puede llevar la idea precisa que se intentó transmitir originalmente.
A pesar de la narratividad de la Biblia, a nadie (o tal vez a algunos) se le pasa por la cabeza, que no se pueda usar por ejemplo una parábola para meditar en ella; con esto se está queriendo decir que lo que se narra no pierde su valor a pesar de que no sea histórico. En este punto, es que entran en conflicto la narración y la teología. Por un lado, la narración demuestra que lo que se narra transmite verdades claras, pero la teología, al usar la ciencia histórica como su instrumento, considera que es indispensable la historicidad de lo narrado para que se pueda usar en sus elaboraciones. Lo que debe resultar claro hasta este punto, es que el cristianismo nace bajo la narración; narraciones contadas por los profetas, los discípulos, Cristo, etc.
Y ¿cómo fue que el mensaje cristiano se fue llevando a diferentes regiones del mundo? ¿fue a través de cuidadosas proposiciones elaboradas o fue a través de la repetición de las narraciones? La respuesta es evidente, el cristianismo ha sido una comunidad que ha llevado la narración de uno a otro, es una comunidad que se cuenta la fe. En este proceso de recontar, pueden aparecer nuevos ambientes en los que se narra, nuevos enfoques a lo que se está narrando, y esto no desdibuja para nada la validez de la narración sino que la actualiza y dinamiza. No obstante, cuando el cristianismo se fue expandiendo, entró en contacto con una forma de pensar griega, en la que por encima de la narración predominaba el razonamiento. De esa forma, la teología tomó dichos razonamientos para esquematizar los conceptos que antes se habían presentado con narraciones llenas de contenidos teológicos.
Ahora bien, ¿cómo se debe abordar el conocimiento de la fe? ¿Seguir los parámetros iniciales de la narración o pegarse a las proposiciones teológicas? Es relevante mencionar que, la misma ciencia histórica ha cuestionado los presupuestos con que se acercan a la historia, dando así nuevamente lugar a una lectura de la narrativa sin necesariamente estar imbuida con el sello de la historicidad científica.
Como conclusión se puede decir que la narrativa, en tanto que genere en el oyente, un movimiento hacia su fe y que lo lleve a tomar decisiones en su razón, no deberá descartarse. Por su parte la teología, deberá enfrentar las dificultades provocadas por cómo ella cambia la narrativa a postulados teológicos.
La mayor parte de la Biblia la constituyen narraciones, ya sean de carácter histórico, hipotético o ilustrativo, por lo que se puede decir que la base de la Teología se encuentra inmersa en narraciones de fe. Pero ¿cómo se va dando ese proceso narrativo? Si se piensa por ejemplo en un Jesús, que narra sus historias frente a un grupo de sus seguidores, uno pudiera pensar que dicho grupo le escucha; este grupo, los receptores de la narración, se van a convertir en narradores potenciales con otros receptores. Las narraciones así movidas pueden no ser exactas, en cada una de sus partes, a la narración original, pero sí puede llevar la idea precisa que se intentó transmitir originalmente.
A pesar de la narratividad de la Biblia, a nadie (o tal vez a algunos) se le pasa por la cabeza, que no se pueda usar por ejemplo una parábola para meditar en ella; con esto se está queriendo decir que lo que se narra no pierde su valor a pesar de que no sea histórico. En este punto, es que entran en conflicto la narración y la teología. Por un lado, la narración demuestra que lo que se narra transmite verdades claras, pero la teología, al usar la ciencia histórica como su instrumento, considera que es indispensable la historicidad de lo narrado para que se pueda usar en sus elaboraciones. Lo que debe resultar claro hasta este punto, es que el cristianismo nace bajo la narración; narraciones contadas por los profetas, los discípulos, Cristo, etc.
Y ¿cómo fue que el mensaje cristiano se fue llevando a diferentes regiones del mundo? ¿fue a través de cuidadosas proposiciones elaboradas o fue a través de la repetición de las narraciones? La respuesta es evidente, el cristianismo ha sido una comunidad que ha llevado la narración de uno a otro, es una comunidad que se cuenta la fe. En este proceso de recontar, pueden aparecer nuevos ambientes en los que se narra, nuevos enfoques a lo que se está narrando, y esto no desdibuja para nada la validez de la narración sino que la actualiza y dinamiza. No obstante, cuando el cristianismo se fue expandiendo, entró en contacto con una forma de pensar griega, en la que por encima de la narración predominaba el razonamiento. De esa forma, la teología tomó dichos razonamientos para esquematizar los conceptos que antes se habían presentado con narraciones llenas de contenidos teológicos.
Ahora bien, ¿cómo se debe abordar el conocimiento de la fe? ¿Seguir los parámetros iniciales de la narración o pegarse a las proposiciones teológicas? Es relevante mencionar que, la misma ciencia histórica ha cuestionado los presupuestos con que se acercan a la historia, dando así nuevamente lugar a una lectura de la narrativa sin necesariamente estar imbuida con el sello de la historicidad científica.
Como conclusión se puede decir que la narrativa, en tanto que genere en el oyente, un movimiento hacia su fe y que lo lleve a tomar decisiones en su razón, no deberá descartarse. Por su parte la teología, deberá enfrentar las dificultades provocadas por cómo ella cambia la narrativa a postulados teológicos.
Sunday, 6 September 2009
Interpretación teológica
Basado en el libro Hermenéutica bíblica de José María Martinez
Al acercarse a los textos bíblicos para interpretarlos, se debe, en primer lugar, realizar todo el proceso gramático histórico interpretativo del texto; al terminar dicho proceso no se debe pensar que la actividad de interpretación se ha terminado, de hecho, muchas veces al realizar dicho estudio se puede encontrar que la exégesis de algunos pasajes riñe con la interpretación de otros. Es principalmente en estas circunstancias en que la interpretación teológica ayudará a dirimir dichas disputas.
Para realizar una correcta interpretación teológica de la Escritura, es indispensable que el exegeta tenga un panorama general de las doctrinas que presenta toda la Biblia. Si bien, es cierto que la Biblia presenta un sinnúmero de situaciones históricas, de las que se puede extraer conceptos teológicos, es igualmente cierto que existen ciertos conceptos que se presentan a lo largo de la Escritura. Entonces, el exegeta ayudado en primer lugar por su acercamiento gramático histórico, puede llegar a encontrar, gracias a la exégesis teológica una interpretación más profunda. También es importante resaltar, que en el surgimiento de los mismos textos, el autor que los pone por escrito está inmerso en un contexto que maneja cierta teología; así pues, cuando un interprete intenta llegar al sentido de la Escritura, debe considerar dentro del acercamiento contextual dicha teología.
Se puede afirmar que lo principal en la interpretación teológica es que lo que se halle, en cuanto a contenido doctrinal, en un texto no puede estar en oposición al contenido de la Biblia; para ello es importante aplicar lo que se conoce como “analogía de la fe”, que consiste en que la Biblia se interpreta a sí misma.
Como ya se había mencionado arriba, la Biblia está inmersa en diversos contextos teológicos, sin embargo, gracias a la unidad de la revelación, existe una teología bíblica que atraviesa todas sus páginas. Por supuesto está teología bíblica se pone de manera sistemática para que se pueda enseñar y para que pueda responder algunas inquietudes que surgen en los hombres. Precisamente, en está teología sistemática es donde se han dado las mayores dificultades, pues es probable, que al adentrarse en las formulaciones teológicas se empiece a dogmatizar. Los dogmas son necesarios para tener unos ejes comunes interpretativos, pero sólo se deben usar los que han salido a la luz, luego de una minuciosa elaboración bíblica y no con el deseo de respaldar posturas religiosas que van más allá de lo que la Biblia dice; un buen ejemplo de dogma puede ser la Trinidad, concepto que no se halla de manera explicita en las Escrituras pero al analizar diferentes textos, se puede concluir que Dios habita en Trinidad. Típicamente, los dogmas han sido usados tanto al interior como al exterior de la iglesia; desde adentro, la iglesia usa los dogmas con el propósito de enseñar a nuevos convertidos los conceptos de fe básicos, además de usarlos para combatir las herejías que se puedan levantar dentro del mismo cuerpo de creyentes; el uso de los dogmas desde afuera de la iglesia, tiene que ver principalmente con la apología o defensa de la fe frente a embates que se levanten contra la iglesia. Los dogmas, son entonces unas anclas de fe que evitan que la nave de la iglesia se mueva lejos de su cauce.
Se debe, entonces, tener especial cuidado al realizar interpretación teológica, lo sistemático y dogmático puede llegar a acallar a la verdadera teología bíblica; es por eso que se hace necesario presentar algunas guías a este tipo de interpretación. En primer lugar nunca se debe interpretar sin antes haber realizado un concienzudo estudio de lo que las lenguas originales del texto bíblico quieren decir; no se puede entrar al texto a imponer un concepto sesgado de teología. Seguidamente la interpretación debe considerar que la Biblia tiene una estructura doctrinal; toda ella tiene ejes unificadores como por ejemplo la historia de la salvación, la existencia de Dios, la creación del hombre a imagen de Dios, etc. Por otro lado, si bien es cierto que hay una unidad en las Escrituras, también es igualmente cierto que existe una revelación progresiva, no se pueden imponer conceptos que aparecen en épocas posteriores a textos que están en épocas anteriores. Como es ligeramente más fácil torcer los significados de aquellos pasajes que no son explícitos, la interpretación teológica deberá basarse, en principio, en textos que sean literales. Igualmente, debido a que en el AT muchas de las cosas presentadas son sombras del advenimiento de un tiempo mejor, presentado en el NT, se debe preferir obtener la teología de éste a cambio de aquel. Finalemente, la interpretación teológica debe limitarse a lo que la revelación expresa, intentar decir algo que no está pivotado en la Biblia es sólo el deseo de querer controlar lo misterioso de Dios, el interprete debe confiar en que lo que de Dios se revela es suficiente para su conocimiento.
A modo de conclusión resaltó la importancia de evitar extraer pasajes de sus contextos para teologizar, olvidándose así de las grandes ríos doctrinales que corren por toda la Escritura, los cuales deben fluir de manera natural de las páginas de esa fuente. De aparecer un riachuelo doctrinal, debe observarse si es sólo un afluente de un gran río de doctrina o si es un río que desemboca en las perversidades de la humanidad.
Al acercarse a los textos bíblicos para interpretarlos, se debe, en primer lugar, realizar todo el proceso gramático histórico interpretativo del texto; al terminar dicho proceso no se debe pensar que la actividad de interpretación se ha terminado, de hecho, muchas veces al realizar dicho estudio se puede encontrar que la exégesis de algunos pasajes riñe con la interpretación de otros. Es principalmente en estas circunstancias en que la interpretación teológica ayudará a dirimir dichas disputas.
Para realizar una correcta interpretación teológica de la Escritura, es indispensable que el exegeta tenga un panorama general de las doctrinas que presenta toda la Biblia. Si bien, es cierto que la Biblia presenta un sinnúmero de situaciones históricas, de las que se puede extraer conceptos teológicos, es igualmente cierto que existen ciertos conceptos que se presentan a lo largo de la Escritura. Entonces, el exegeta ayudado en primer lugar por su acercamiento gramático histórico, puede llegar a encontrar, gracias a la exégesis teológica una interpretación más profunda. También es importante resaltar, que en el surgimiento de los mismos textos, el autor que los pone por escrito está inmerso en un contexto que maneja cierta teología; así pues, cuando un interprete intenta llegar al sentido de la Escritura, debe considerar dentro del acercamiento contextual dicha teología.
Se puede afirmar que lo principal en la interpretación teológica es que lo que se halle, en cuanto a contenido doctrinal, en un texto no puede estar en oposición al contenido de la Biblia; para ello es importante aplicar lo que se conoce como “analogía de la fe”, que consiste en que la Biblia se interpreta a sí misma.
Como ya se había mencionado arriba, la Biblia está inmersa en diversos contextos teológicos, sin embargo, gracias a la unidad de la revelación, existe una teología bíblica que atraviesa todas sus páginas. Por supuesto está teología bíblica se pone de manera sistemática para que se pueda enseñar y para que pueda responder algunas inquietudes que surgen en los hombres. Precisamente, en está teología sistemática es donde se han dado las mayores dificultades, pues es probable, que al adentrarse en las formulaciones teológicas se empiece a dogmatizar. Los dogmas son necesarios para tener unos ejes comunes interpretativos, pero sólo se deben usar los que han salido a la luz, luego de una minuciosa elaboración bíblica y no con el deseo de respaldar posturas religiosas que van más allá de lo que la Biblia dice; un buen ejemplo de dogma puede ser la Trinidad, concepto que no se halla de manera explicita en las Escrituras pero al analizar diferentes textos, se puede concluir que Dios habita en Trinidad. Típicamente, los dogmas han sido usados tanto al interior como al exterior de la iglesia; desde adentro, la iglesia usa los dogmas con el propósito de enseñar a nuevos convertidos los conceptos de fe básicos, además de usarlos para combatir las herejías que se puedan levantar dentro del mismo cuerpo de creyentes; el uso de los dogmas desde afuera de la iglesia, tiene que ver principalmente con la apología o defensa de la fe frente a embates que se levanten contra la iglesia. Los dogmas, son entonces unas anclas de fe que evitan que la nave de la iglesia se mueva lejos de su cauce.
Se debe, entonces, tener especial cuidado al realizar interpretación teológica, lo sistemático y dogmático puede llegar a acallar a la verdadera teología bíblica; es por eso que se hace necesario presentar algunas guías a este tipo de interpretación. En primer lugar nunca se debe interpretar sin antes haber realizado un concienzudo estudio de lo que las lenguas originales del texto bíblico quieren decir; no se puede entrar al texto a imponer un concepto sesgado de teología. Seguidamente la interpretación debe considerar que la Biblia tiene una estructura doctrinal; toda ella tiene ejes unificadores como por ejemplo la historia de la salvación, la existencia de Dios, la creación del hombre a imagen de Dios, etc. Por otro lado, si bien es cierto que hay una unidad en las Escrituras, también es igualmente cierto que existe una revelación progresiva, no se pueden imponer conceptos que aparecen en épocas posteriores a textos que están en épocas anteriores. Como es ligeramente más fácil torcer los significados de aquellos pasajes que no son explícitos, la interpretación teológica deberá basarse, en principio, en textos que sean literales. Igualmente, debido a que en el AT muchas de las cosas presentadas son sombras del advenimiento de un tiempo mejor, presentado en el NT, se debe preferir obtener la teología de éste a cambio de aquel. Finalemente, la interpretación teológica debe limitarse a lo que la revelación expresa, intentar decir algo que no está pivotado en la Biblia es sólo el deseo de querer controlar lo misterioso de Dios, el interprete debe confiar en que lo que de Dios se revela es suficiente para su conocimiento.
A modo de conclusión resaltó la importancia de evitar extraer pasajes de sus contextos para teologizar, olvidándose así de las grandes ríos doctrinales que corren por toda la Escritura, los cuales deben fluir de manera natural de las páginas de esa fuente. De aparecer un riachuelo doctrinal, debe observarse si es sólo un afluente de un gran río de doctrina o si es un río que desemboca en las perversidades de la humanidad.
Monday, 25 May 2009
El Método de la Teología de la Liberación
EL MÉTODO DE LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
Por Mag. HÉCTOR HERNÁN MOLANO CORTÉS
INTRODUCCIÓN
Si se hace un recuento de cómo se ha desarrollado la Teología, se debería decir que el contexto define mucho de lo que esta elabora[1]. En alguna época de la historia de la Teología, se prefería los lugares apartados para elaborarla, pues se creía en un dualismo, que separaba lo mundano de lo santo. En tal época, la vida monástica se mostró como privilegiada. Pero afortunadamente ese enfoque no se mantuvo y poco a poco se fue abriendo la Teología a ser más participativa, es así como se llega a compartir la contemplación con la predicación, situación que llevó al teólogo a mantener una vida tanto de contemplación como de parte activa en la comunidad. Pero este proceso de salir de la Teología hacia el pueblo y hacia los otros, no se quedó hasta ese estadio, sino que prosiguió hasta que se lograra, por ejemplo, el valor religioso de lo cotidiano y de la acción del creyente en el mundo[2]. Se puede decir que en este movimiento hacia fuera, la Teología de la Liberación (TDL) viene a ser como un climax, pues con ella la Teología se vuelca hacia la gente. La TDL es una que surge desde el hombre y es para el hombre mismo, pero ello no debería desprestigiarla, ni ponerla en un lugar inferior a otros acercamientos teológicos, bien dijo Barth: “el hombre es la medida de todas las cosas, desde que Dios se hizo hombre”[3].
Si se quisiera hablar de un origen de la TDL, se tendría que decir que desde la misma evangelización en América, se presentaron personajes que demandaron que a los conquistados no se les tratara como animales[4]; además lo que hicieron los conquistadores con la riqueza de la tierra americana llevo a que la gente se quedara con los residuos de la explotación y la pobreza apareció para acompañarnos por los siglos. Por supuesto, esta inicial y continúa desigualdad en la que vivimos, no es el fruto de un único evento como lo es la colonización, también debemos considerar que para que la TDL se diera, se presentaron otros factores que desencadenaron una manera diferente de acercarse al oprimido. En este punto es importante recalcar dos aspectos para el surgimiento de la TDL, por un lado, el ver la situación de desigualdad e indefensión en la que viven la mayoría de los habitantes de la América Latina; allí se empezó a pensar más a conciencia sobre el pobre, el oprimido, el dejado de la sociedad, aquel que está inmerso en las cadenas de miseria interminables; el pobre, el desvalido socio-económico, sin llevarlo al plano espiritual de la pobreza. La Teología debía reaccionar ante tal situación, porque son los pobres los que van a la Iglesia buscando salvación a su problema, y esa vida eclesial particular llega a ser el lugar teológico[5]. Por otro lado, la TDL necesitaba de una filosofía mediadora, una que le permitiera plantear la problemática, por eso el marxismo llega a ser esa herramienta; si bien se ha criticado este uso, también es claro que tanto la TDL como el marxismo se centran en la praxis[6] y además leen la realidad de una mejor forma[7].
Con referencia al marxismo es importante aclarar, que la TDL no lo usa de una forma completa, sino que siempre es usado “… a partir y en función de los pobres”[8], es un instrumento y no se debe pretender que el marxista analice al pobre sino que suceda lo contrario[9]. Si se mira el pensamiento de Marx se pueden extractar algunas ideas que encuentran eco en la TDL: - creía que los problemas del hombre son el resultado directo de la explotación de clases, de hecho Marx condena el sistema capitalista, maestro de la desigualdad, diciendo que nunca el hombre será feliz en este sistema – la alienación causada por el sistema no va durar para siempre, llegará el día en que los oprimidos, se levantarán contra la burguesía opresora, y en lugar de dicha desigualdad se establecerá una sociedad armoniosa en la que habrá igualdad para todos[10]. La TDL sí ve al oprimido y también reconoce que en un momento la liberación llegará al hombre; por supuesto, se reconocen los factores económicos que causan la división entre clases, pero Marx será el compañero no el guía, pues la TDL no es materialista, ni ateísta[11].
Si bien, el marxismo y el contexto latinoamericano son puntos de referencia para el desarrollo de la TDL, no se pueden dejar de mencionar algunos teólogos europeos que son influyentes en esta: - Jurgen Moltmann, quien sugirió que la venida del reino da a la iglesia una visión de una sociedad transformada contraria a una visión netamente privada, - Johannes Baptist Metz, quien enfatizó que la fe tiene una dimensión política y que la iglesia debe tener un papel de critico social, - Dietrich Bonhoeffer, quien resaltó la responsabilidad hacia el otro y mostró que el mundo debe verse desde abajo, desde el pobre y oprimido[12].
Como se ha podido observar en este introito, la TDL está ligada al contexto social real, a lo que la gente vive y por lo que la gente lucha; también la TDL es una Teología que se levanta desde la América Latina, pues es en esta región del mundo en donde se observan las grandes brechas sociales y la dificultad de franquearlas. También se resalta que la TDL usó el marxismo como instrumento[13] para elaborar sus postulados, pues tenían algunas cosas en común. Son suficientes estas líneas para poner al lector en el contexto de la TDL, pero ahora se quiere resaltar es la metodología usada.
EL MÉTODO
La TDL es una que arranca de la praxis[14] y termina en la praxis para desarrollar un ciclo claro, pero es relevante observar cómo es que procede. Antes de presentar el método, es importante mencionar el objeto y sujeto de esta teología, quien es el pobre.
El pobre es aquella persona que está en condiciones sociales y económicas que le dificultan la vida y lo hacen sentir desprotegido y necesitado; este concepto de pobre se puede ampliar o mirar cuando en Latinoamérica se habla del negro, del indio, de la mujer, del discriminado, del sojuzgado, etc. Boff[15] anota que la opresión no económica puede aumentar la presión socio-económica, con esto quiere decir que ciertas características del pobre como el hecho de ser negro, indio, etc. aumentan las posibilidades de que su vida sea más pobre, esto es típico en Latinoamérica en donde hay opresión racial, étnica y sexual. Cabe resaltar que Boff[16] dice que la visión cristiana del pobre es mucho más y que lo que la TDL hace, es precisamente poner en claro lo que los pobres son.
Al problema del pobre se le han tratado de dar varias explicaciones que se entrarán a mencionar: - por un lado existen pobres porque la pobreza es como un vicio, esta es la explicación empirista. Se dice que el pobre llegó a ese estado por indulgencia o ignorancia, su solución estaría en dar limosnas o realizar campañas de ayuda. La dificultad de considerar al pobre como tal, hace que no se le considere de forma colectiva. – la otra explicación que se le da para entender al pobre es la llamada funcionalista que ve la pobreza como atraso, esta es una manera de ver al pobre desde la clase burguesa que creen que el problema es sólo económico. Para ellos, llegar al progreso haría que el hambre desapareciera. Puede que considere al pobre en colectivo pero no mira lo conflictivo. – en la explicación dialéctica, la pobreza es vista como fruto de la opresión y como resultado de la organización económica social, el capital está en unos pocos mientras que el trabajo está en muchos. La pobreza es vista colectivamente y se puede superar esta mediante un sistema social alternativo que se puede lograr por medio de la revolución[17].
Con el entendimiento de quién es el pobre y de que este es el objeto de la TDL, y que la TDL es una que arranca de la praxis y va a la praxis, es importante resaltar que la TDL presenta en un primer momento la misma liberación, es viviendo la fe en compromisos liberadores que se inicia el proceso, por eso en la TDL es pertinente no sólo hablar de lo práctico sino vivirlo, si no se entra a participar de ella, el teólogo puede mencionar las palabras: pobre, pobreza, liberación, opresión, etc. como simples palabras que no reflejan la realidad. Así que la TDL además de ser una nueva teología es primeramente una nueva manera de ser teólogo; este ahora entra en contacto con la comunidad, viviendo su fe, su lucha y participando de las acciones liberadoras al lado de la comunidad. Si bien, no siempre el teólogo de la liberación está inmerso en la misma comunidad, si es absolutamente indispensable que tenga un contacto permanente con esta en su trabajo pastoral[18].
De acuerdo a Boff[19], la TDL se desarrolla en los tres momentos que corresponden a los mismos estadios que presenta el método pastoral, a saber: ver, juzgar y obrar. Para desarrollar el método se hace necesario algunas mediaciones.
- Mediación Socio-analítica
Debido a que la TDL arranca de la praxis, la mediación socio-analítica surge como una necesidad básica del desarrollo teológico[20]. Si bien, esta mediación es necesaria se debe tener en cuenta algunas dificultades que se pueden hallar en el camino de esta mediación. Velez[21] inicia la discusión al respecto mencionando el empirismo, con ello se indica que de alguna forma se lograría mantener el contacto con la realidad pero sin mediación, lo cual no es correcto. La TDL puede que trabaje con la praxis pero necesita la mediación de las ciencias sociales para entender cómo está esa praxis. Igualmente Velez[22] sostiene que un segundo problema que sale a la luz con el uso de esta mediación es el purismo metodológico, de esa forma la Teología no desea usar mediaciones para acercarse a la lectura de la realidad; es claro que lo básico en la Teología como lo son los conceptos de fe y revelación, son propios de la misma disciplina, sin embargo, es imposible negar el conocimiento que de otras áreas del conocimiento tienen otras ciencias y disciplinas. Otra dificultad es el teologismo, queriendo indicar con esto que la Teología tiene la verdadera y única forma de leer la realidad; a este mismo concepto de teologismo, Suarez[23] lo llama, dogmatismo queriendo con ello decir que la Teología lo sabe todo. Otra traba puede ser la mezcla semántica, con ello se recibe sin crítica lo que viene de lo social, por lo que se presenta algo teológico con algunas referencias sociales[24]. En estas dificultades que pueden surgir con la mediación socio-analítica Boff[25] menciona que puede convertirse en una simple mediación científica y que no contempla toda la variedad de grupos y de estados que tiene la pobreza.
Para entonces usar la mediación socio-analítica se debe prestar atención a evitar que la Teología asuma una función de opacar a las ciencias sociales, con ello se quiere permitir que las ciencias sociales asuman el papel protagónico en esta mediación. Por otro lado, si se recibe todo lo que las ciencias sociales dicen sin ponerles un filtro se puede caer en el error que todo lo que ellas digan es lo que se debe seguir. La lectura que hace el marxismo de la realidad, ayudará mucho en este momento, sin embargo, recibir todo lo que este dice de la realidad sin filtrar la información, no permitiría un desarrollo teológico adecuado[26].
En esta mediación se debe entender el por qué de la opresión, cuáles son las fuentes de la opresión, cómo se comportan los oprimidos frente a la opresión, en dónde y cómo viven. También es importante observar lo que los pobres han hecho históricamente para lograr su liberación; no se pueden olvidar los momentos o la planeación de momentos liberadores del pasado, todo ello puede ayudar al teólogo a conocer mejor la situación actual del oprimido[27].
- Mediación Hermenéutica
Este es el paso netamente teológico de esta TDL: usando la Biblia se lee la realidad[28]. Si se conoce al pobre y se ha analizado su situación, se debe ir a la Biblia con el propósito de encontrar en ella las respuestas a las problemáticas que la sociedad está planteando; por esto el teólogo debe leer la Biblia con las gafas de la opresión, buscando en la revelación de Dios cómo se puede subsanar el hecho opresor-oprimido. Se podría criticar a la TDL de ser sesgada en su acercamiento bíblico, pero lo que debe quedar claro es que para la situación de pobreza y opresión que vive Latinoamérica, sí es la lectura privilegiada; de hecho en la Biblia se muestra a Dios como uno que es de los pobres, es el abogado de los necesitados, se cuentan las historias de la liberación de los pueblos oprimidos, de la derrota de los opresores y se plantea una nueva sociedad futura llena de equidad[29]. De hecho, el documento de la Pontificia Comisión Bíblica, titulado “La interpretación de la Biblia en la Iglesia” al referirse al acercamiento de la TDL dice:
Dios está presente en la historia de su pueblo para salvarlo. Es el Dios de los pobres, que no puede tolerar la opresión ni la injusticia.
Por ello, la exégesis no puede ser neutra, sino que siguiendo a Dios, debe tomar parte por los pobres y comprometerse en el combate por la liberación de los oprimidos.
La participación en este combate permite precisamente hacer aparecer los sentidos que no se descubren sino cuando los textos bíblicos son leídos en un contexto de solidaridad efectiva con los oprimidos[30].
La lectura de la Biblia desde esta óptica hace que se revelen aquellos eventos y acciones liberadoras, que al ponerlas en nuestro contexto son un acicate para la liberación de los oprimidos. Por supuesto, está lectura debe motivar a la aplicación de lo observado, de nada servirá leer la Biblia sólo como un grupo de historias en el papel. Si lo que se quiere es liberar, lo que se tiene que hacer es poner esas historias en el contexto actual. De igual forma, esto debe llevar a un cambio, a una transformación, no sólo de las personas, sino de las circunstancias en que viven[31].
También se debe resaltar que hay historias bíblicas y libros en la Biblia que son marcadamente preferidos en esta lectura. Es relevante mencionar el contexto de opresión en el tiempo en que Cristo estuvo en la tierra, los agentes opresores que le llevaron a la muerte; de igual forma el libro del Exodo, que muestra cómo se maltrataba a un pueblo esclavizado pero también cómo fue liberado. Por su parte los profetas son otros libros que también levantan la voz a favor de los menos favorecidos, declarando la inconsistencia entre una vida religiosa y un comportamiento opresor entre unos y otros. Por supuesto, los evangelios y los Hechos de los apóstoles son, igualmente, libros de preferencia en la mediación hermenéutica que hace la TDL; no podemos olvidar como por un lado se muestra el mensaje del reino de Dios, reino de igualdad y justicia y también una comunidad naciente de la iglesia que muestra la libertad en su forma de vida. Finalmente, el libro del Apocalipsis ya que en este a manera de metáforas se presentan a los grandes opresores históricos del pueblo de Dios y como se ha dado una pelea constante por parte del pueblo de Dios para su liberación[32].
Los riesgos que presenta esta mediación hermenéutica saltan a la vista; por un lado, una acción centrada en la restauración de orden terreno puede llevar a olvidar que también existe “… una dimensión escatológica trascendente de la Escritura”[33]. A este respecto Cely[34] citando a Gutierrez dice que la liberación socio política es un logró humano y es una manifestación del reino de Dios, de esa forma si la liberación no llega, el reino de Dios también se trunca, lo cual no es cierto porque se olvida que el reino de Dios está más allá de lo simplemente terrenal. Igualmente, con esta mediación, existe el riesgo de olvidar de muchas cuestiones históricas, ya que la gente no sólo fue a Dios por la situación política en que vivían, sino que otros factores influyeron, de hecho, la obra divina se ve como privilegiadamente acción de liberación de una situación de pobreza y opresión y no se ve lo trascendente de esa acción divina[35].
- Mediación Práctica
Como se ha anotado, la TDL es una que arranca con la praxis, pero no serviría de nada si no se llevará a la praxis todo lo que se ha analizado. Todo este momento práctico tiene como foco central la fe. No obstante, el hecho de arrancar y de terminar en la praxis, no implica que la TDL no incluya momentos de “… contemplación y profunda gratitud”[36], de esa forma la TDL tiene un movimiento desde lo completamente público en las plazas y también público al interior de los templos, de allí se celebra y se reflexiona para salir nuevamente a las plazas, ahora con la fuerza de lo divino[37].
Si bien, lo práctico puede parecer un tanto fácil, realmente se deben tener en cuenta algunos aspectos para que en verdad sea efectiva, Boff[38] pone seis cosas de relieve al proceder, ellos son:
Lo que sea históricamente viable, es posible que se crean ideas que suenen llamativas pero que no se pueden realizar, se debe evitar lo utópico, lo que sólo aparece en el papel y en la cabeza de muchos, por eso se debe mirar la historia y leer en ellos procesos que se han llevado a cabo y cómo se hicieron; por supuesto, eso no quiere decir que no se pueda innovar al actuar sino que se debe tener cuidado al hacerlo.
Definir estrategias y tácticas, en este punto se debe evitar las confrontaciones que lleven a la aparición de lo violento; se debe optar por los medios de presión pacífica en ellas aparecen las huelgas, marchas y diversas manifestaciones públicas que indiquen las razones de la protesta.
Unir las pequeñas acciones al sistema liberador, es importante mirar lo que están haciendo diferentes partes del grupo de oprimidos para que se creen uniones con toda la masa del pobre y así tener una sola fuerza liberadora. Algunas veces es necesario transformar las pequeñas acciones para que la unión sea dada en mejor forma.
Tomar las ideas y unirse, de ser posible, a otras fuerzas históricas que ya se encuentren en la sociedad, pues esta tiene movimientos que tienen similitudes en el modo de pensar de la TDL, así pues que es necesario unirse para crear un solo frente común liberador.
Es importante que en todo el proceso de acción que se haga, no se descuide la ética de lo que se hace, y tampoco el hecho de que debe ser evangélica.
También debe haber un discurso que lleve a la acción, el discurso debe ser “… puente entre la decisión y ejecución”[39]
METODO PASTORAL
Habiendo ya revisado el método con sus mediaciones correspondientes, en este momento es importante explicitar que la TDL tiene también una manera de hacerse desde lo pastoral y desde lo popular. Si bien, es claro que el teólogo de la liberación no puede hacer teología si no está impregnado del pueblo, también es claro que no todos están igualmente imbuidos en la comunidad. El teólogo profesional mantiene su elaborado vocabulario y presentación de resultados investigativos, por supuesto sin descuido de su foco de atención, pero el teólogo pastoral es como un eslabón entre lo que se genera a nivel profesional y lo que está sucediendo en la comunidad; por su parte el teólogo popular está mucho más dado a la praxis, inmerso en las comunidades y poniendo en acción todo lo que venga desde lo profesional o pastoral[40]. En el siguiente cuadro Boff[41] presenta algunas diferencias:
Profesional
Pastoral
Popular
Descripción
Más elaborada y rigurosa
Más orgánica con relación a la praxis
Más difusa y capilar, casi espontánea
Lógica
De tipo científico: metódica, sistemática y dinámica
Lógica de la acción: concreta, profética, propulsora
Lógica de la vida: oral, gestual, sacramental
Método
Mediación socio-analítica, mediación hermenéutica y mediación práctica
Ver, juzgar y obrar
Confrontación, evangelio y vida
Lugar
Institutos teológicos, seminarios
Institutos pastorales, centros de formación
Círculos bíblicos, comunidades eclesiales de base, etc.
Momentos privilegiados
Congresos teológicos
Asambleas eclesiales
Cursos de entrenamiento
Productores
Teólogos profesionales (profesores)
Pastores y agentes pastorales: seglares, religiosas, etc.
Participantes de las comunidades eclesiales de base con sus coordinadores
Producción oral
Conferencias, aulas, asesoría
Discusiones, evangelio
Comentarios, celebraciones, dramatizaciones
Producción escrita
Libros, artículos
Documentos pastorales, mimeografiados varios
Itinerarios, mapas
En este momento se quiere presentar con un poco más detalle el método de la TDL pastoral, pues es el que crea un puente entre lo profesional y lo popular. Como se aprecia en el cuadro, los pasos en el método pastoral son: el ver, el juzgar y el actuar[42].
- El ver
En este punto es importante que el teólogo tenga una visión panorámica y correcta de la situación del oprimido; además debe observar cómo el oprimido está reaccionando a la opresión, cómo lo ha hecho en el pasado y cómo lo hace actualmente, esto le ayudará posteriormente para el actuar.
- El juzgar
Ahora que se ha visto de la mejor forma posible, se debe ver cómo el pueblo se enfrenta a los problemas de opresión pero desde su óptica religiosa y de fe. Es importante, en este paso unir los conceptos bíblicos con lo que se ve en la situación actual ¿qué dice la Biblia con referencia a situaciones opresoras como está?
- El actuar
Es supremamente importante que todas las partes que se encuentren oprimidas se muevan como una sola masa contra la opresión, por lo que el teólogo debe propiciar estos momentos. También el teólogo debe buscar y unirse con otras fuerzas liberadoras de la sociedad que estén haciendo procesos liberadores para unirse a ellos. Todo debe dirigirse a un punto central, tanto lo que hacen las partes de la masa oprimida como lo que hacen otras fuerzas liberadoras de la sociedad.
Para ejemplificar un poco este proceso liberador veamos cómo se hizo en el Éxodo[43]:
· En el ver se aprecia lo siguiente:
- El pueblo está en casa de servidumbre Ex 1:13 “Y redujeron a cruel servidumbre a los israelitas”
- Están en represión Ex 1:10,11. “Tomemos precauciones contra él para que no siga multiplicándose, no sea que en caso de guerra se una también él a nuestros enemigos para luchar contra nosotros y salir del país.»
Les impusieron pues, capataces para aplastarlos bajo el peso de duros trabajos; y así edificaron para Faraón las ciudades de depósito: Pitom y Ramsés.”
- Con trabajo alienado Ex 5:6-14 “Aquel mismo día dio Faraón esta orden … ya no daréis como antes paja al pueblo para hacer ladrillos; que vayan ellos mismos a buscársela. Pero que hagan la misma cantidad de ladrillos que hacían antes, sin rebajarla; pues son unos perezosos. Y por eso claman diciendo: Vamos a ofrecer sacrificios a nuestro Dios. Que se aumente el trabajo de estos hombres para que estén ocupados en él y no den oídos a palabras mentirosas.”
- Bajo humillaciones Ex 1:13-14 “Y redujeron a cruel servidumbre a los israelitas,
les amargaron la vida con rudos trabajos de arcilla y ladrillos, con toda suerte de labores del campo y toda clase de servidumbre que les imponían por crueldad.”
- Bajo una política antinatalista forzada Ex 1:15-22 “El rey de Egipto dio también orden a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifrá, y la otra Puá,
diciéndoles: «Cuando asistáis a las hebreas, observad bien las dos piedras: si es niño, hacedle morir; si es niña dejadla con vida.»”
· En el juzgar se puede apreciar lo siguiente:
- El pueblo no escucha al liberador debido al alto nivel de alienación Ex 6:9 “… pero ellos no escucharon a Moisés, consumidos por la dura servidumbre.”
- El pueblo de Dios no puede estar en tales condiciones de opresión Is 42:5-7 “Así dice el Dios Yahveh, … Yo, Yahveh, te he llamado en justicia, te así de la mano, te formé, y te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las gentes, para abrir los ojos ciegos, para sacar del calabozo al preso, de la cárcel a los que viven en tinieblas.”
· En el actuar se observa lo siguiente:
- Dios nombra a Moisés, el liberador Ex 3:7-10 “Dijo Yahveh: «Bien vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he escuchado su clamor en presencia de sus opresores; pues ya conozco sus sufrimientos. He bajado para librarle de la mano de los egipcios … Ahora, pues, ve; yo te envío a Faraón, para que saques a mi pueblo, los israelitas, de Egipto.»”
- Una promesa de llevarlos a tierra buena Ex 3:8 “… y para subirle de esta tierra a una tierra buena y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel …”
- Se unen fuerzas con Aarón Ex 4:14-16 “… «¿No tienes a tu hermano Aarón el levita? … Tu le hablarás y pondrás las palabras en su boca; yo estaré en tu boca y en la suya, y os enseñaré lo que habéis de hacer. El hablará por ti al pueblo, él será tu boca y tú serás su dios.”
- Se busca apoyo en el pueblo Ex 4:30,31 “Aarón refirió todas las palabras que Yahveh había dicho a Moisés, el cual hizo las señales delante del pueblo. El pueblo creyó, y al oír que Yahveh había visitado a los israelitas y había visto su aflicción, se postraron y adoraron.”
- Se confronta a los opresores Ex 5:1-ss. “Después se presentaron Moisés y Aarón a Faraón y le dijeron: «Así dice Yahveh, el Dios de Israel: Deja salir a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto.»”
- Salen de Egipto Ex 12:37 “Los israelitas partieron de Ramsés hacia Sukkot, unos 600.000. hombres de a pie, sin contar los niños.”
CONCLUSIONES
Al terminar este escrito es preciso dejar algunas conclusiones que pueden resumir y también ser puntos de partida a investigaciones posteriores:
TDL tiene como objeto y como sujeto el pobre y oprimido.
TDL surge con mucho empuje en América Latina, esto debido a que es en esta región del mundo en donde es evidente la división entre opresores y oprimidos.
El círculo hermenéutico de la TDL arranca de la praxis y vuelve a la praxis, no se concibe a un teólogo de la liberación que haga teología de escritorio y que no tenga una íntima relación con la comunidad.
La TDL usa de mediaciones de otras ciencias, en especial las sociales, que le ayudan a leer la realidad; dentro de ellas el marxismo es de predilección pero como un acompañante de camino pero no como un guía.
El oprimido no es solamente el que no tiene recursos, existen otros pobres como el negro, la mujer y el indio, esas condiciones sociales pueden hacer que se acreciente la opresión.
La TDL es contextual y tiene como inmensa ventaja que se preocupa por la situación del ser en el mundo, su enfoque es el aquí y el ahora, además de mostrar un futuro alterno de equidad.
La Biblia leída bajo la óptica de la TDL muestra los procesos liberadores del pueblo de Dios; con los ojos de un teólogo de la liberación aparecen nuevos matices en las Escrituras.
La Teología se debe preguntar ¿qué está haciendo actualmente a favor del oprimido? Si bien, algunos puntos de la TDL pueden resultar muy sesgados, se deben rescatar lo que hace de salirse de los centros teológicos para estar con la gente.
La Teología debe levantar la voz contra la injusticia social, las mediaciones de la TDL pueden ayudar a ese propósito.
BIBLIOGRAFÍA
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BOFF, Leonardo y BOFF, Clodovis. Cómo hacer Teología de la Liberación. Paulinas p.
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GUTIERREZ, Gustavo. La Teología de la Liberación: perspectivas. Salamanca: Sígueme, 1977. 399 p.
PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA. La Interpretación de la Biblia en la Iglesia. Madrid: PPC, 2007. 133 p.
SUAREZ, Gabriel. El Método de la Teología de la Liberación. En: BAENA, Gustavo, et al. Los Métodos en Teología. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2007. p. 157-185.
VELEZ, Olga. El Método Teológico: Bernard Lonergan y la Teología de la Liberación. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2000. 406 p.
[1] SUAREZ, Gabriel. El Método de la Teología de la Liberación. p. 157. En: BAENA, Gustavo, et al. Los Métodos en Teología. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2007. p. 157-185.
[2] GUTIERREZ, Gustavo. La Teología de la Liberación: perspectivas. Salamanca: Sígueme, 1977. p. 27, 28.
[3] BARTH, Kart. Christengemeneide und Bürgergemeinde. Zürich: s.n., 1946. p. 36. En: Ibid., p. 28.
[4] SUAREZ, Op. Cit., p. 160.
[5] GUTIERREZ, Op. Cit., p. 35.
[6] Ibid., p. 31.
[7] SUAREZ, Op. Cit., p. 163.
[8] BOFF, Leonardo y BOFF, Clodovis. Cómo hacer Teología de la Liberación. Paulinas p. 40.
[9] Ibid., p. 40.
[10] CELY, Mario. An Analysis of Latin American Liberation Theology: An Evangelical Perspective. Seoul, 2003, p. 8. Trabajo de grado (Master of Theology). Presbyterian College and Theological Seminary. Teología.
[11] BOFF, Op. Cit., p. 40.
[12] CELY, Op. Cit., p. 7.
[13] BOFF, Op. Cit., p. 40.
[14] SUAREZ, Op. Cit., p. 173.
[15] BOFF, Op. Cit., p. 42.
[16] BOFF, Clodovis. Epistemología y Método de la Teología de la Liberación. p. 106. En: ELLACURIA, Ignacio y SOBRINO, Jon. Mysterium Liberationis: conceptos fundamentales de la teología de la liberación. Madrid: Trotta, 1990, Tomo I. p. 79-113.
[17] BOFF y BOOF, Cómo hacer Teología de la Liberación Op, Cit., p. 38-39.
[18] BOFF, Clodovis. Epistemología y Método de la Teología de la Liberación. Op. Cit., p. 99-100.
[19] Ibid., p. 101.
[20] VELEZ, Olga. El Método Teológico: Bernard Lonergan y la Teología de la Liberación. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2000. p. 102.
[21] Ibid., p. 106.
[22] Ibid., p. 107.
[23] SUAREZ, Op. Cit., p. 178.
[24] VELEZ, Op. Cit., p. 108. Aunque Velez adiciona el bilingüismo como otra dificultad, la cercanía con la mezcla semántica la hace aparecer no tan significativa.
[25] BOFF y BOFF. Cómo hacer Teología de la Liberación, Op. Cit., p. 45.
[26] VELEZ, Op. Cit., p. 113.
[27] BOFF, Clodovis. Epistemología y Método de la Teología de la Liberación, Op. Cit., p. 102-103.
[28] SUAREZ, Op. Cit., p. 180.
[29] BOFF, Clodovis. Epistemología y Método de la Teología de la Liberación. Op. Cit., p. 99-100.
[30] PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA. La Interpretación de la Biblia en la Iglesia. Madrid: PPC, 2007. p. 62.
[31] BOFF, Clodovis. Epistemología y Método de la Teología de la Liberación. Op. Cit., p. 108.
[32] Ibid., p. 109.
[33] PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA, p. 63.
[34] CELY, Op. Cit., p. 70.
[35] SUAREZ, Op. Cit., p. 180.
[36] BOFF, Clodovis. Epistemología y Método de la Teología de la Liberación. Op. Cit., p. 112.
[37] Ibid., p. 112.
[38] BOFF y BOFF. Cómo hacer Teología de la Liberación, Op. Cit., p. 55-56.
[39] Ibid., p. 56.
[40] BOFF, Clodovis. Epistemología y Método de la Teología de la Liberación. Op. Cit., p. 94.
[41] Ibid., p. 93.
[42] BOFF y BOFF. Cómo hacer Teología de la Liberación, Op. Cit., p. 57-58. Para el ver, juzgar y actuar, se sigue este libro.
[43] Para esta parte se sigue a GUTIERREZ, Gustavo. La Teología de la Liberación: perspectivas. Salamanca: Sígueme, 1977. p. 203-210. Las citas bíblicas son tomadas de la Biblia de Jerusalén.
Por Mag. HÉCTOR HERNÁN MOLANO CORTÉS
INTRODUCCIÓN
Si se hace un recuento de cómo se ha desarrollado la Teología, se debería decir que el contexto define mucho de lo que esta elabora[1]. En alguna época de la historia de la Teología, se prefería los lugares apartados para elaborarla, pues se creía en un dualismo, que separaba lo mundano de lo santo. En tal época, la vida monástica se mostró como privilegiada. Pero afortunadamente ese enfoque no se mantuvo y poco a poco se fue abriendo la Teología a ser más participativa, es así como se llega a compartir la contemplación con la predicación, situación que llevó al teólogo a mantener una vida tanto de contemplación como de parte activa en la comunidad. Pero este proceso de salir de la Teología hacia el pueblo y hacia los otros, no se quedó hasta ese estadio, sino que prosiguió hasta que se lograra, por ejemplo, el valor religioso de lo cotidiano y de la acción del creyente en el mundo[2]. Se puede decir que en este movimiento hacia fuera, la Teología de la Liberación (TDL) viene a ser como un climax, pues con ella la Teología se vuelca hacia la gente. La TDL es una que surge desde el hombre y es para el hombre mismo, pero ello no debería desprestigiarla, ni ponerla en un lugar inferior a otros acercamientos teológicos, bien dijo Barth: “el hombre es la medida de todas las cosas, desde que Dios se hizo hombre”[3].
Si se quisiera hablar de un origen de la TDL, se tendría que decir que desde la misma evangelización en América, se presentaron personajes que demandaron que a los conquistados no se les tratara como animales[4]; además lo que hicieron los conquistadores con la riqueza de la tierra americana llevo a que la gente se quedara con los residuos de la explotación y la pobreza apareció para acompañarnos por los siglos. Por supuesto, esta inicial y continúa desigualdad en la que vivimos, no es el fruto de un único evento como lo es la colonización, también debemos considerar que para que la TDL se diera, se presentaron otros factores que desencadenaron una manera diferente de acercarse al oprimido. En este punto es importante recalcar dos aspectos para el surgimiento de la TDL, por un lado, el ver la situación de desigualdad e indefensión en la que viven la mayoría de los habitantes de la América Latina; allí se empezó a pensar más a conciencia sobre el pobre, el oprimido, el dejado de la sociedad, aquel que está inmerso en las cadenas de miseria interminables; el pobre, el desvalido socio-económico, sin llevarlo al plano espiritual de la pobreza. La Teología debía reaccionar ante tal situación, porque son los pobres los que van a la Iglesia buscando salvación a su problema, y esa vida eclesial particular llega a ser el lugar teológico[5]. Por otro lado, la TDL necesitaba de una filosofía mediadora, una que le permitiera plantear la problemática, por eso el marxismo llega a ser esa herramienta; si bien se ha criticado este uso, también es claro que tanto la TDL como el marxismo se centran en la praxis[6] y además leen la realidad de una mejor forma[7].
Con referencia al marxismo es importante aclarar, que la TDL no lo usa de una forma completa, sino que siempre es usado “… a partir y en función de los pobres”[8], es un instrumento y no se debe pretender que el marxista analice al pobre sino que suceda lo contrario[9]. Si se mira el pensamiento de Marx se pueden extractar algunas ideas que encuentran eco en la TDL: - creía que los problemas del hombre son el resultado directo de la explotación de clases, de hecho Marx condena el sistema capitalista, maestro de la desigualdad, diciendo que nunca el hombre será feliz en este sistema – la alienación causada por el sistema no va durar para siempre, llegará el día en que los oprimidos, se levantarán contra la burguesía opresora, y en lugar de dicha desigualdad se establecerá una sociedad armoniosa en la que habrá igualdad para todos[10]. La TDL sí ve al oprimido y también reconoce que en un momento la liberación llegará al hombre; por supuesto, se reconocen los factores económicos que causan la división entre clases, pero Marx será el compañero no el guía, pues la TDL no es materialista, ni ateísta[11].
Si bien, el marxismo y el contexto latinoamericano son puntos de referencia para el desarrollo de la TDL, no se pueden dejar de mencionar algunos teólogos europeos que son influyentes en esta: - Jurgen Moltmann, quien sugirió que la venida del reino da a la iglesia una visión de una sociedad transformada contraria a una visión netamente privada, - Johannes Baptist Metz, quien enfatizó que la fe tiene una dimensión política y que la iglesia debe tener un papel de critico social, - Dietrich Bonhoeffer, quien resaltó la responsabilidad hacia el otro y mostró que el mundo debe verse desde abajo, desde el pobre y oprimido[12].
Como se ha podido observar en este introito, la TDL está ligada al contexto social real, a lo que la gente vive y por lo que la gente lucha; también la TDL es una Teología que se levanta desde la América Latina, pues es en esta región del mundo en donde se observan las grandes brechas sociales y la dificultad de franquearlas. También se resalta que la TDL usó el marxismo como instrumento[13] para elaborar sus postulados, pues tenían algunas cosas en común. Son suficientes estas líneas para poner al lector en el contexto de la TDL, pero ahora se quiere resaltar es la metodología usada.
EL MÉTODO
La TDL es una que arranca de la praxis[14] y termina en la praxis para desarrollar un ciclo claro, pero es relevante observar cómo es que procede. Antes de presentar el método, es importante mencionar el objeto y sujeto de esta teología, quien es el pobre.
El pobre es aquella persona que está en condiciones sociales y económicas que le dificultan la vida y lo hacen sentir desprotegido y necesitado; este concepto de pobre se puede ampliar o mirar cuando en Latinoamérica se habla del negro, del indio, de la mujer, del discriminado, del sojuzgado, etc. Boff[15] anota que la opresión no económica puede aumentar la presión socio-económica, con esto quiere decir que ciertas características del pobre como el hecho de ser negro, indio, etc. aumentan las posibilidades de que su vida sea más pobre, esto es típico en Latinoamérica en donde hay opresión racial, étnica y sexual. Cabe resaltar que Boff[16] dice que la visión cristiana del pobre es mucho más y que lo que la TDL hace, es precisamente poner en claro lo que los pobres son.
Al problema del pobre se le han tratado de dar varias explicaciones que se entrarán a mencionar: - por un lado existen pobres porque la pobreza es como un vicio, esta es la explicación empirista. Se dice que el pobre llegó a ese estado por indulgencia o ignorancia, su solución estaría en dar limosnas o realizar campañas de ayuda. La dificultad de considerar al pobre como tal, hace que no se le considere de forma colectiva. – la otra explicación que se le da para entender al pobre es la llamada funcionalista que ve la pobreza como atraso, esta es una manera de ver al pobre desde la clase burguesa que creen que el problema es sólo económico. Para ellos, llegar al progreso haría que el hambre desapareciera. Puede que considere al pobre en colectivo pero no mira lo conflictivo. – en la explicación dialéctica, la pobreza es vista como fruto de la opresión y como resultado de la organización económica social, el capital está en unos pocos mientras que el trabajo está en muchos. La pobreza es vista colectivamente y se puede superar esta mediante un sistema social alternativo que se puede lograr por medio de la revolución[17].
Con el entendimiento de quién es el pobre y de que este es el objeto de la TDL, y que la TDL es una que arranca de la praxis y va a la praxis, es importante resaltar que la TDL presenta en un primer momento la misma liberación, es viviendo la fe en compromisos liberadores que se inicia el proceso, por eso en la TDL es pertinente no sólo hablar de lo práctico sino vivirlo, si no se entra a participar de ella, el teólogo puede mencionar las palabras: pobre, pobreza, liberación, opresión, etc. como simples palabras que no reflejan la realidad. Así que la TDL además de ser una nueva teología es primeramente una nueva manera de ser teólogo; este ahora entra en contacto con la comunidad, viviendo su fe, su lucha y participando de las acciones liberadoras al lado de la comunidad. Si bien, no siempre el teólogo de la liberación está inmerso en la misma comunidad, si es absolutamente indispensable que tenga un contacto permanente con esta en su trabajo pastoral[18].
De acuerdo a Boff[19], la TDL se desarrolla en los tres momentos que corresponden a los mismos estadios que presenta el método pastoral, a saber: ver, juzgar y obrar. Para desarrollar el método se hace necesario algunas mediaciones.
- Mediación Socio-analítica
Debido a que la TDL arranca de la praxis, la mediación socio-analítica surge como una necesidad básica del desarrollo teológico[20]. Si bien, esta mediación es necesaria se debe tener en cuenta algunas dificultades que se pueden hallar en el camino de esta mediación. Velez[21] inicia la discusión al respecto mencionando el empirismo, con ello se indica que de alguna forma se lograría mantener el contacto con la realidad pero sin mediación, lo cual no es correcto. La TDL puede que trabaje con la praxis pero necesita la mediación de las ciencias sociales para entender cómo está esa praxis. Igualmente Velez[22] sostiene que un segundo problema que sale a la luz con el uso de esta mediación es el purismo metodológico, de esa forma la Teología no desea usar mediaciones para acercarse a la lectura de la realidad; es claro que lo básico en la Teología como lo son los conceptos de fe y revelación, son propios de la misma disciplina, sin embargo, es imposible negar el conocimiento que de otras áreas del conocimiento tienen otras ciencias y disciplinas. Otra dificultad es el teologismo, queriendo indicar con esto que la Teología tiene la verdadera y única forma de leer la realidad; a este mismo concepto de teologismo, Suarez[23] lo llama, dogmatismo queriendo con ello decir que la Teología lo sabe todo. Otra traba puede ser la mezcla semántica, con ello se recibe sin crítica lo que viene de lo social, por lo que se presenta algo teológico con algunas referencias sociales[24]. En estas dificultades que pueden surgir con la mediación socio-analítica Boff[25] menciona que puede convertirse en una simple mediación científica y que no contempla toda la variedad de grupos y de estados que tiene la pobreza.
Para entonces usar la mediación socio-analítica se debe prestar atención a evitar que la Teología asuma una función de opacar a las ciencias sociales, con ello se quiere permitir que las ciencias sociales asuman el papel protagónico en esta mediación. Por otro lado, si se recibe todo lo que las ciencias sociales dicen sin ponerles un filtro se puede caer en el error que todo lo que ellas digan es lo que se debe seguir. La lectura que hace el marxismo de la realidad, ayudará mucho en este momento, sin embargo, recibir todo lo que este dice de la realidad sin filtrar la información, no permitiría un desarrollo teológico adecuado[26].
En esta mediación se debe entender el por qué de la opresión, cuáles son las fuentes de la opresión, cómo se comportan los oprimidos frente a la opresión, en dónde y cómo viven. También es importante observar lo que los pobres han hecho históricamente para lograr su liberación; no se pueden olvidar los momentos o la planeación de momentos liberadores del pasado, todo ello puede ayudar al teólogo a conocer mejor la situación actual del oprimido[27].
- Mediación Hermenéutica
Este es el paso netamente teológico de esta TDL: usando la Biblia se lee la realidad[28]. Si se conoce al pobre y se ha analizado su situación, se debe ir a la Biblia con el propósito de encontrar en ella las respuestas a las problemáticas que la sociedad está planteando; por esto el teólogo debe leer la Biblia con las gafas de la opresión, buscando en la revelación de Dios cómo se puede subsanar el hecho opresor-oprimido. Se podría criticar a la TDL de ser sesgada en su acercamiento bíblico, pero lo que debe quedar claro es que para la situación de pobreza y opresión que vive Latinoamérica, sí es la lectura privilegiada; de hecho en la Biblia se muestra a Dios como uno que es de los pobres, es el abogado de los necesitados, se cuentan las historias de la liberación de los pueblos oprimidos, de la derrota de los opresores y se plantea una nueva sociedad futura llena de equidad[29]. De hecho, el documento de la Pontificia Comisión Bíblica, titulado “La interpretación de la Biblia en la Iglesia” al referirse al acercamiento de la TDL dice:
Dios está presente en la historia de su pueblo para salvarlo. Es el Dios de los pobres, que no puede tolerar la opresión ni la injusticia.
Por ello, la exégesis no puede ser neutra, sino que siguiendo a Dios, debe tomar parte por los pobres y comprometerse en el combate por la liberación de los oprimidos.
La participación en este combate permite precisamente hacer aparecer los sentidos que no se descubren sino cuando los textos bíblicos son leídos en un contexto de solidaridad efectiva con los oprimidos[30].
La lectura de la Biblia desde esta óptica hace que se revelen aquellos eventos y acciones liberadoras, que al ponerlas en nuestro contexto son un acicate para la liberación de los oprimidos. Por supuesto, está lectura debe motivar a la aplicación de lo observado, de nada servirá leer la Biblia sólo como un grupo de historias en el papel. Si lo que se quiere es liberar, lo que se tiene que hacer es poner esas historias en el contexto actual. De igual forma, esto debe llevar a un cambio, a una transformación, no sólo de las personas, sino de las circunstancias en que viven[31].
También se debe resaltar que hay historias bíblicas y libros en la Biblia que son marcadamente preferidos en esta lectura. Es relevante mencionar el contexto de opresión en el tiempo en que Cristo estuvo en la tierra, los agentes opresores que le llevaron a la muerte; de igual forma el libro del Exodo, que muestra cómo se maltrataba a un pueblo esclavizado pero también cómo fue liberado. Por su parte los profetas son otros libros que también levantan la voz a favor de los menos favorecidos, declarando la inconsistencia entre una vida religiosa y un comportamiento opresor entre unos y otros. Por supuesto, los evangelios y los Hechos de los apóstoles son, igualmente, libros de preferencia en la mediación hermenéutica que hace la TDL; no podemos olvidar como por un lado se muestra el mensaje del reino de Dios, reino de igualdad y justicia y también una comunidad naciente de la iglesia que muestra la libertad en su forma de vida. Finalmente, el libro del Apocalipsis ya que en este a manera de metáforas se presentan a los grandes opresores históricos del pueblo de Dios y como se ha dado una pelea constante por parte del pueblo de Dios para su liberación[32].
Los riesgos que presenta esta mediación hermenéutica saltan a la vista; por un lado, una acción centrada en la restauración de orden terreno puede llevar a olvidar que también existe “… una dimensión escatológica trascendente de la Escritura”[33]. A este respecto Cely[34] citando a Gutierrez dice que la liberación socio política es un logró humano y es una manifestación del reino de Dios, de esa forma si la liberación no llega, el reino de Dios también se trunca, lo cual no es cierto porque se olvida que el reino de Dios está más allá de lo simplemente terrenal. Igualmente, con esta mediación, existe el riesgo de olvidar de muchas cuestiones históricas, ya que la gente no sólo fue a Dios por la situación política en que vivían, sino que otros factores influyeron, de hecho, la obra divina se ve como privilegiadamente acción de liberación de una situación de pobreza y opresión y no se ve lo trascendente de esa acción divina[35].
- Mediación Práctica
Como se ha anotado, la TDL es una que arranca con la praxis, pero no serviría de nada si no se llevará a la praxis todo lo que se ha analizado. Todo este momento práctico tiene como foco central la fe. No obstante, el hecho de arrancar y de terminar en la praxis, no implica que la TDL no incluya momentos de “… contemplación y profunda gratitud”[36], de esa forma la TDL tiene un movimiento desde lo completamente público en las plazas y también público al interior de los templos, de allí se celebra y se reflexiona para salir nuevamente a las plazas, ahora con la fuerza de lo divino[37].
Si bien, lo práctico puede parecer un tanto fácil, realmente se deben tener en cuenta algunos aspectos para que en verdad sea efectiva, Boff[38] pone seis cosas de relieve al proceder, ellos son:
Lo que sea históricamente viable, es posible que se crean ideas que suenen llamativas pero que no se pueden realizar, se debe evitar lo utópico, lo que sólo aparece en el papel y en la cabeza de muchos, por eso se debe mirar la historia y leer en ellos procesos que se han llevado a cabo y cómo se hicieron; por supuesto, eso no quiere decir que no se pueda innovar al actuar sino que se debe tener cuidado al hacerlo.
Definir estrategias y tácticas, en este punto se debe evitar las confrontaciones que lleven a la aparición de lo violento; se debe optar por los medios de presión pacífica en ellas aparecen las huelgas, marchas y diversas manifestaciones públicas que indiquen las razones de la protesta.
Unir las pequeñas acciones al sistema liberador, es importante mirar lo que están haciendo diferentes partes del grupo de oprimidos para que se creen uniones con toda la masa del pobre y así tener una sola fuerza liberadora. Algunas veces es necesario transformar las pequeñas acciones para que la unión sea dada en mejor forma.
Tomar las ideas y unirse, de ser posible, a otras fuerzas históricas que ya se encuentren en la sociedad, pues esta tiene movimientos que tienen similitudes en el modo de pensar de la TDL, así pues que es necesario unirse para crear un solo frente común liberador.
Es importante que en todo el proceso de acción que se haga, no se descuide la ética de lo que se hace, y tampoco el hecho de que debe ser evangélica.
También debe haber un discurso que lleve a la acción, el discurso debe ser “… puente entre la decisión y ejecución”[39]
METODO PASTORAL
Habiendo ya revisado el método con sus mediaciones correspondientes, en este momento es importante explicitar que la TDL tiene también una manera de hacerse desde lo pastoral y desde lo popular. Si bien, es claro que el teólogo de la liberación no puede hacer teología si no está impregnado del pueblo, también es claro que no todos están igualmente imbuidos en la comunidad. El teólogo profesional mantiene su elaborado vocabulario y presentación de resultados investigativos, por supuesto sin descuido de su foco de atención, pero el teólogo pastoral es como un eslabón entre lo que se genera a nivel profesional y lo que está sucediendo en la comunidad; por su parte el teólogo popular está mucho más dado a la praxis, inmerso en las comunidades y poniendo en acción todo lo que venga desde lo profesional o pastoral[40]. En el siguiente cuadro Boff[41] presenta algunas diferencias:
Profesional
Pastoral
Popular
Descripción
Más elaborada y rigurosa
Más orgánica con relación a la praxis
Más difusa y capilar, casi espontánea
Lógica
De tipo científico: metódica, sistemática y dinámica
Lógica de la acción: concreta, profética, propulsora
Lógica de la vida: oral, gestual, sacramental
Método
Mediación socio-analítica, mediación hermenéutica y mediación práctica
Ver, juzgar y obrar
Confrontación, evangelio y vida
Lugar
Institutos teológicos, seminarios
Institutos pastorales, centros de formación
Círculos bíblicos, comunidades eclesiales de base, etc.
Momentos privilegiados
Congresos teológicos
Asambleas eclesiales
Cursos de entrenamiento
Productores
Teólogos profesionales (profesores)
Pastores y agentes pastorales: seglares, religiosas, etc.
Participantes de las comunidades eclesiales de base con sus coordinadores
Producción oral
Conferencias, aulas, asesoría
Discusiones, evangelio
Comentarios, celebraciones, dramatizaciones
Producción escrita
Libros, artículos
Documentos pastorales, mimeografiados varios
Itinerarios, mapas
En este momento se quiere presentar con un poco más detalle el método de la TDL pastoral, pues es el que crea un puente entre lo profesional y lo popular. Como se aprecia en el cuadro, los pasos en el método pastoral son: el ver, el juzgar y el actuar[42].
- El ver
En este punto es importante que el teólogo tenga una visión panorámica y correcta de la situación del oprimido; además debe observar cómo el oprimido está reaccionando a la opresión, cómo lo ha hecho en el pasado y cómo lo hace actualmente, esto le ayudará posteriormente para el actuar.
- El juzgar
Ahora que se ha visto de la mejor forma posible, se debe ver cómo el pueblo se enfrenta a los problemas de opresión pero desde su óptica religiosa y de fe. Es importante, en este paso unir los conceptos bíblicos con lo que se ve en la situación actual ¿qué dice la Biblia con referencia a situaciones opresoras como está?
- El actuar
Es supremamente importante que todas las partes que se encuentren oprimidas se muevan como una sola masa contra la opresión, por lo que el teólogo debe propiciar estos momentos. También el teólogo debe buscar y unirse con otras fuerzas liberadoras de la sociedad que estén haciendo procesos liberadores para unirse a ellos. Todo debe dirigirse a un punto central, tanto lo que hacen las partes de la masa oprimida como lo que hacen otras fuerzas liberadoras de la sociedad.
Para ejemplificar un poco este proceso liberador veamos cómo se hizo en el Éxodo[43]:
· En el ver se aprecia lo siguiente:
- El pueblo está en casa de servidumbre Ex 1:13 “Y redujeron a cruel servidumbre a los israelitas”
- Están en represión Ex 1:10,11. “Tomemos precauciones contra él para que no siga multiplicándose, no sea que en caso de guerra se una también él a nuestros enemigos para luchar contra nosotros y salir del país.»
Les impusieron pues, capataces para aplastarlos bajo el peso de duros trabajos; y así edificaron para Faraón las ciudades de depósito: Pitom y Ramsés.”
- Con trabajo alienado Ex 5:6-14 “Aquel mismo día dio Faraón esta orden … ya no daréis como antes paja al pueblo para hacer ladrillos; que vayan ellos mismos a buscársela. Pero que hagan la misma cantidad de ladrillos que hacían antes, sin rebajarla; pues son unos perezosos. Y por eso claman diciendo: Vamos a ofrecer sacrificios a nuestro Dios. Que se aumente el trabajo de estos hombres para que estén ocupados en él y no den oídos a palabras mentirosas.”
- Bajo humillaciones Ex 1:13-14 “Y redujeron a cruel servidumbre a los israelitas,
les amargaron la vida con rudos trabajos de arcilla y ladrillos, con toda suerte de labores del campo y toda clase de servidumbre que les imponían por crueldad.”
- Bajo una política antinatalista forzada Ex 1:15-22 “El rey de Egipto dio también orden a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifrá, y la otra Puá,
diciéndoles: «Cuando asistáis a las hebreas, observad bien las dos piedras: si es niño, hacedle morir; si es niña dejadla con vida.»”
· En el juzgar se puede apreciar lo siguiente:
- El pueblo no escucha al liberador debido al alto nivel de alienación Ex 6:9 “… pero ellos no escucharon a Moisés, consumidos por la dura servidumbre.”
- El pueblo de Dios no puede estar en tales condiciones de opresión Is 42:5-7 “Así dice el Dios Yahveh, … Yo, Yahveh, te he llamado en justicia, te así de la mano, te formé, y te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las gentes, para abrir los ojos ciegos, para sacar del calabozo al preso, de la cárcel a los que viven en tinieblas.”
· En el actuar se observa lo siguiente:
- Dios nombra a Moisés, el liberador Ex 3:7-10 “Dijo Yahveh: «Bien vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he escuchado su clamor en presencia de sus opresores; pues ya conozco sus sufrimientos. He bajado para librarle de la mano de los egipcios … Ahora, pues, ve; yo te envío a Faraón, para que saques a mi pueblo, los israelitas, de Egipto.»”
- Una promesa de llevarlos a tierra buena Ex 3:8 “… y para subirle de esta tierra a una tierra buena y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel …”
- Se unen fuerzas con Aarón Ex 4:14-16 “… «¿No tienes a tu hermano Aarón el levita? … Tu le hablarás y pondrás las palabras en su boca; yo estaré en tu boca y en la suya, y os enseñaré lo que habéis de hacer. El hablará por ti al pueblo, él será tu boca y tú serás su dios.”
- Se busca apoyo en el pueblo Ex 4:30,31 “Aarón refirió todas las palabras que Yahveh había dicho a Moisés, el cual hizo las señales delante del pueblo. El pueblo creyó, y al oír que Yahveh había visitado a los israelitas y había visto su aflicción, se postraron y adoraron.”
- Se confronta a los opresores Ex 5:1-ss. “Después se presentaron Moisés y Aarón a Faraón y le dijeron: «Así dice Yahveh, el Dios de Israel: Deja salir a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto.»”
- Salen de Egipto Ex 12:37 “Los israelitas partieron de Ramsés hacia Sukkot, unos 600.000. hombres de a pie, sin contar los niños.”
CONCLUSIONES
Al terminar este escrito es preciso dejar algunas conclusiones que pueden resumir y también ser puntos de partida a investigaciones posteriores:
TDL tiene como objeto y como sujeto el pobre y oprimido.
TDL surge con mucho empuje en América Latina, esto debido a que es en esta región del mundo en donde es evidente la división entre opresores y oprimidos.
El círculo hermenéutico de la TDL arranca de la praxis y vuelve a la praxis, no se concibe a un teólogo de la liberación que haga teología de escritorio y que no tenga una íntima relación con la comunidad.
La TDL usa de mediaciones de otras ciencias, en especial las sociales, que le ayudan a leer la realidad; dentro de ellas el marxismo es de predilección pero como un acompañante de camino pero no como un guía.
El oprimido no es solamente el que no tiene recursos, existen otros pobres como el negro, la mujer y el indio, esas condiciones sociales pueden hacer que se acreciente la opresión.
La TDL es contextual y tiene como inmensa ventaja que se preocupa por la situación del ser en el mundo, su enfoque es el aquí y el ahora, además de mostrar un futuro alterno de equidad.
La Biblia leída bajo la óptica de la TDL muestra los procesos liberadores del pueblo de Dios; con los ojos de un teólogo de la liberación aparecen nuevos matices en las Escrituras.
La Teología se debe preguntar ¿qué está haciendo actualmente a favor del oprimido? Si bien, algunos puntos de la TDL pueden resultar muy sesgados, se deben rescatar lo que hace de salirse de los centros teológicos para estar con la gente.
La Teología debe levantar la voz contra la injusticia social, las mediaciones de la TDL pueden ayudar a ese propósito.
BIBLIOGRAFÍA
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VELEZ, Olga. El Método Teológico: Bernard Lonergan y la Teología de la Liberación. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2000. 406 p.
[1] SUAREZ, Gabriel. El Método de la Teología de la Liberación. p. 157. En: BAENA, Gustavo, et al. Los Métodos en Teología. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2007. p. 157-185.
[2] GUTIERREZ, Gustavo. La Teología de la Liberación: perspectivas. Salamanca: Sígueme, 1977. p. 27, 28.
[3] BARTH, Kart. Christengemeneide und Bürgergemeinde. Zürich: s.n., 1946. p. 36. En: Ibid., p. 28.
[4] SUAREZ, Op. Cit., p. 160.
[5] GUTIERREZ, Op. Cit., p. 35.
[6] Ibid., p. 31.
[7] SUAREZ, Op. Cit., p. 163.
[8] BOFF, Leonardo y BOFF, Clodovis. Cómo hacer Teología de la Liberación. Paulinas p. 40.
[9] Ibid., p. 40.
[10] CELY, Mario. An Analysis of Latin American Liberation Theology: An Evangelical Perspective. Seoul, 2003, p. 8. Trabajo de grado (Master of Theology). Presbyterian College and Theological Seminary. Teología.
[11] BOFF, Op. Cit., p. 40.
[12] CELY, Op. Cit., p. 7.
[13] BOFF, Op. Cit., p. 40.
[14] SUAREZ, Op. Cit., p. 173.
[15] BOFF, Op. Cit., p. 42.
[16] BOFF, Clodovis. Epistemología y Método de la Teología de la Liberación. p. 106. En: ELLACURIA, Ignacio y SOBRINO, Jon. Mysterium Liberationis: conceptos fundamentales de la teología de la liberación. Madrid: Trotta, 1990, Tomo I. p. 79-113.
[17] BOFF y BOOF, Cómo hacer Teología de la Liberación Op, Cit., p. 38-39.
[18] BOFF, Clodovis. Epistemología y Método de la Teología de la Liberación. Op. Cit., p. 99-100.
[19] Ibid., p. 101.
[20] VELEZ, Olga. El Método Teológico: Bernard Lonergan y la Teología de la Liberación. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2000. p. 102.
[21] Ibid., p. 106.
[22] Ibid., p. 107.
[23] SUAREZ, Op. Cit., p. 178.
[24] VELEZ, Op. Cit., p. 108. Aunque Velez adiciona el bilingüismo como otra dificultad, la cercanía con la mezcla semántica la hace aparecer no tan significativa.
[25] BOFF y BOFF. Cómo hacer Teología de la Liberación, Op. Cit., p. 45.
[26] VELEZ, Op. Cit., p. 113.
[27] BOFF, Clodovis. Epistemología y Método de la Teología de la Liberación, Op. Cit., p. 102-103.
[28] SUAREZ, Op. Cit., p. 180.
[29] BOFF, Clodovis. Epistemología y Método de la Teología de la Liberación. Op. Cit., p. 99-100.
[30] PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA. La Interpretación de la Biblia en la Iglesia. Madrid: PPC, 2007. p. 62.
[31] BOFF, Clodovis. Epistemología y Método de la Teología de la Liberación. Op. Cit., p. 108.
[32] Ibid., p. 109.
[33] PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA, p. 63.
[34] CELY, Op. Cit., p. 70.
[35] SUAREZ, Op. Cit., p. 180.
[36] BOFF, Clodovis. Epistemología y Método de la Teología de la Liberación. Op. Cit., p. 112.
[37] Ibid., p. 112.
[38] BOFF y BOFF. Cómo hacer Teología de la Liberación, Op. Cit., p. 55-56.
[39] Ibid., p. 56.
[40] BOFF, Clodovis. Epistemología y Método de la Teología de la Liberación. Op. Cit., p. 94.
[41] Ibid., p. 93.
[42] BOFF y BOFF. Cómo hacer Teología de la Liberación, Op. Cit., p. 57-58. Para el ver, juzgar y actuar, se sigue este libro.
[43] Para esta parte se sigue a GUTIERREZ, Gustavo. La Teología de la Liberación: perspectivas. Salamanca: Sígueme, 1977. p. 203-210. Las citas bíblicas son tomadas de la Biblia de Jerusalén.
El Método Histórico Crítico
INTRODUCCIÓN
Acercarse a la Biblia siempre es una tarea fascinante, pues allí se pueden encontrar muchas historias y dichos que muestran el cuidado de Dios por su pueblo; sin embargo, en el intento de entenderla se puede caer en dogmatismo, espiritualismos o simplemente en interpretaciones que quedan lejos de lo que el mismo texto dice. Si bien es cierto, que agotar la riqueza del texto bíblico es casi imposible, también resulta bochornoso escuchar enfoques interpretativos que no tienen un soporte claro. Debido a estas divergencias en la manera de ir a las palabras de la Escritura, a lo largo de la historia se han presentado diversos enfoques, que ayudan a tener algunos parámetros de interpretación.
A pesar que en este trabajo no se pretende realizar un recuento histórico completo de la Hermenéutica[1] bíblica, sí es importante mencionar algunos métodos que fueron importantes en su momento histórico y que prepararan el desarrollo de la presentación del Método Histórico Crítico (MHC). Por un lado, la interpretación alegórica que presentaba sus dos líneas a saber, la literal y la propiamente alegórica; se decía que la interpretación literal era para los inmaduros y que los maduros interpretaban alegóricamente. Este método, aunque pivotado en lo literal, siempre podía dar como resultado interpretativo conceptos que no necesariamente estaban en el texto. La llegada de la cuadriga medieval, que dominó la interpretación bíblica durante la Edad Media, fue sin duda un aumento de la información obtenida del texto, ya que no sólo se tenía lo literal y lo alegórico, sino que se añadía lo moral y lo anagógico; el texto daba para todas estas interpretaciones. Sólo hasta la Reforma protestante se dieron cambios significativos.
Con el grito de Sola Escritura, los protestantes pretendieron desligar de la interpretación bíblica, algunos conceptos que se pudiesen haber entrado; es sabido que la alegoría fue adoptada por los judíos que adoptaban la filosofía griega, y como tal, los reformadores querían evitar esta intervención en el asunto interpretativo. Se presentó entonces el método gramático histórico, esto es, entender el texto en su intención literal con ayuda de la gramática y del contexto histórico. No se puede afirmar contundentemente, pero este avance significativo en la interpretación bíblica, es un paso importante para lo que es el MHC, ya que en este, se hace necesario considerar esos dos aspectos, el de la gramática y el de la historia. Lo más relevante al mencionar estos pocos métodos interpretativos, es que en este proceso se fue moviendo el hombre de una “especulación” a una “certeza”, de un quizá a un es, y fue el MHC una cumbre en el punto de la certeza, pues con este se busca “… el sentido de los textos bíblicos dentro del contexto de la historia de Israel, en el caso del Antiguo Testamento, o de la primera tradición cristiana en el Nuevo Testamento”[2].
El MHC surge como una necesidad de entender adecuadamente el contexto en el que los textos de la Biblia se dieron a luz. Algunas obras publicadas en el siglo XVIII, empezaron a dar ciertos campanazos de alerta dentro de los dogmáticos, frente a acercamientos que indicaban por ejemplo que lo que se cuenta de Jesús no es sino un complot de sus seguidores o por otra parte, que se debería entender la vida de Jesús quitándole todo lo sobrenatural de sus acciones[3]. Por eso se hace necesario, un estudio concienzudo para entender, si lo que se dice en el texto es histórico o es fruto del desarrollo religioso de la comunidad, se debe encontrar lo que está detrás del texto[4].
EL MÉTODO
Antes de presentar los pasos usados para la aplicación del MHC al estudio de la Biblia, es menester mostrar los principios fundamentales del método:
- Como su nombre lo indica, el método es histórico. Se debe considerar que el texto de estudio es uno que data de la antigüedad y que por lo tanto es relevante ubicarse, en cuanto sea posible, en el mismo entorno en el que los textos aparecieron, tanto de los posibles escritores como de los posibles oyentes[5].
- Es crítico. Con esto se refiere a que el método usa todo los aportes que la ciencia investigativa ha dado para la comprensión de los textos[6]. Una definición de crítica dará luces con referencia a este concepto, “‘Crítica’ significa hacer juicios intelectuales acerca de asuntos o preguntas históricos, literarios, textuales y filológicos que uno debe confrontar cuando se estudia la Biblia a la luz de toda la evidencia disponible”[7].
En esta parte del presente trabajo se pretende mostrar el método en sí, cuáles son los pasos a seguir para obtener la interpretación adecuada. Es pertinente aclarar, que para algunos estudiosos del tema, el MHC no es único sino que existen diversos métodos histórico- críticos[8], no obstante otros presentan estos métodos simplemente como parte de la aplicación del MHC[9]. En este trabajo se asume la postura que el MHC es uno sólo y que tiene varias partes que ayudan a interpretar el texto.
Ø Crítica textual
Consiste en alcanzar mediante las herramientas disponibles, el mejor texto basado en los antiguos manuscritos, sean en papiro, pergamino u otro material. El propósito principal es recuperar, en la medida de lo posible el texto original[10], hallar las variantes que resultan en cada caso y evaluarlas.
Ø La constitución del texto[11]
Es claro que para analizar un texto, necesitamos del mismo texto para el estudio, por eso este paso es muy importante porque se puede decir de dónde a dónde va el texto a estudiar y se revisa si tiene coherencia y unidad. La constitución del texto también se puede llamar crítica literaria[12].
El mismo texto de estudio puede presentar algunas guías que ayudan al interprete en el proceso de delimitación, por ejemplo las formulas iniciales, principalmente presentes en los oráculos proféticos “vino a mi palabra del Señor diciendo”; una formula conclusiva indicando la terminación de una acción o discurso “y cuando terminó Jesús estas palabras”. Además de las consabidas frases de inicio o cambio, también se debe considerar por ejemplo, cuando se resuelve el problema planteado en la trama, cuando se inicia o se introduce una situación nueva, cuando se presentan nuevos personajes o existen cambios geográficos en el texto.
En lo que tiene que ver con la unidad, que por cierto va muy de la mano con la delimitación, es relevante mencionar que lo que importa en esta etapa es la unidad del texto en sí y no si viene de diversas fuentes. Por ejemplo, una colección de leyes pudo haber sido extraída de diversas culturas pero en el texto se sucede en un solo bloque. Algunas pautas para validar la falta de unidad de un texto son: - cuando se suceden duplicaciones, no retóricas, que se presentan injustificadas en el desarrollo del escrito. – cuando existen tensiones que llevan a contradicción entre lo que se dice. – cuando aparecen dos o más veces el mismo texto en diferentes unidades. – cuando los géneros literarios son disímiles. – cuando la sintaxis es truncada o presenta complicaciones, ejemplo uso de terceras personas cuando se hablaba en primera. – cuando se den diferencias semánticas, esto es, que se usa un término con diferente sentido en el texto. – cuando existan fuertes diferencias estilísticas.- cuando en el texto se vislumbra un fondo religioso, o histórico o institucional que no sea consistente con el que el texto viene presentando.
Ø Crítica de la redacción
Debido a que los textos tuvieron un desarrollo progresivo, quizá iniciando su proceso por una tradición oral, se pretende con esta parte del método encontrar las diferentes relaciones que pueden surgir en el proceso de la composición del texto; el cómo y tal vez en qué orden se dieron las diferentes redacciones. Para ello se debe tener en cuenta los propósitos que los redactores tuvieron para realizar los cambios, además de considerar los contextos culturales y religiosos en que dichos cambios se dieron.
Es posible distinguir en ésta crítica que el texto es fruto de una recopilación, que el redactor pudo tomar de diferentes libros o tradiciones orales, y que los colocó como si fuese una unidad. Puede darse también el caso que además de la recopilación haya cierto grado de composición en el texto y por supuesto el redactor, no sólo puede colocar los textos como si fuesen pedazos de una colcha de retazos sino que se adicionan elementos redaccionales para su presentación. De igual forma, al tener estas fuentes, el redactor puede darse el lujo de incluir sus propias apreciaciones con referencia a lo que lee y ponerlo como parte del texto, así adiciona sus particularidades al texto; en esta misma línea de pensamiento, el autor puede re-elaborar completamente lo que recibe, cambiando el orden, resaltando lo que él considere pertinente y añadiendo interpretaciones.
Ø Crítica de la transmisión del texto
Esta crítica se refiere específicamente a la transmisión que pudo tener el texto en una etapa oral. Si bien es cierto que en este punto ya no estamos en el texto mismo, sí se piensa sobre el texto. ¿Cuándo entrar en este difícil campo? Cuando la propia investigación anterior que se hizo al texto, no arroje las suficientes luces con respecto a su formación, o cuando por ejemplo, aparece un relato casi idéntico en lugares diferentes.
Es claro que las tradiciones orales eran propias de los pueblos antiguos (y aún lo son) y se pueden presentar algunas razones para creerlo así: - la escritura tenía un alto costo económico, las facilidades para realizarla no estaban al orden del día; no era fácil ni tener los materiales ni tampoco tener un lugar a donde capacitar a los escribientes. – en las comunidades cerradas es típico que se presenten tradiciones orales, con el propósito de mantener vivas ciertas historias de la misma comunidad y de los miembros que la componen. – Finalmente, existen ciertos géneros literarios que al ponerlos de forma escrita, no van a transmitir de igual forma el mensaje que se quiere expresar, como si lo puede hacer la oralidad.
Ø Crítica de la forma
Simian-Yofre presenta esta parte con diferencias respecto a otros quienes típicamente la unen con la crítica de los géneros[13] o con crítica de las tradiciones[14], dice Simian-Yofre que “… consideramos “la crítica de la forma” … ligado –sobre todo en el estudio del Nuevo Testamento- a la determinación de “formas” literarias (pequeñas unidades literarias) originales, de las que tomarían su origen los relatos más amplios y complejos”[15]. Continua diciendo que esta parte del método tiene que ver con los aspectos lingüísticos del texto, los cuales él los ubica de la siguiente manera: - ambiente fonemático, con esto se quiere estudiar la parte sonora del texto estudiando las unidades mínimas de sonido, los fonemas. – ambiente sintáctico, en este punto se pretende estudiar las pequeñas unidades lingüísticas como lo son los morfemas, como se relacionan con las palabras a las que se unen y cómo esos morfemas se relacionan con otros términos del escrito. Además dentro del ambiente sintáctico también se estudia el lexema tales como los sustantivos, adjetivos, adverbios y verbos; igualmente se estudia la relación proposicional de cada frase – ambiente semántico, aquí se debe estudiar el lexema y la proposición semánticamente; para esto el interprete se ayuda de diccionarios y concordancias, sin embargo debe tener en cuenta que hay ciertos giros idiomáticos al poner una palabra en diferentes proposiciones. – ambiente estilístico, todo lo que anteriormente se ha estudiado debe estar unido bajo un estilo, tales como las repeticiones, las enumeraciones, los paralelismos, los quiasmos, las inclusiones y cualquier otra figura literaria. – el ambiente estructural, en esta parte el interprete debe revisar cómo se articulan las diferentes partes de un texto.
Ø Crítica del género literario
Con la ayuda de la crítica de las formas se llega a descubrir el género literario que presenta el texto. La forma es “… el conjunto de los elementos lingüísticos … que dan a un texto una fisonomía única y precisa”[16] en tanto que el género literario es “… una abstracción lingüística que permite asociar en una misma categoría los textos que poseen una forma literaria semejante”[17]. Los pasos básicos para encontrar el género literario son: la selección del material que se intenta comparar. No se puede decir que este texto tiene un género tal o cual si no se establece la aparición, por igualdad o contraste, de esa misma forma en otros lugares. Por otra parte, se debe revisar la crítica de las formas de cada uno de los textos comparados para observar similitudes y diferencias, entre más similitudes se encuentren entre lo que se compara, existirá mayor seguridad sobre el género del texto. En este momento de la investigación debe ser obvio, que todo estudio debe estar circunscrito a las circunstancias particulares en que se presentó el escrito, por lo que el género literario no puede dejarse a un lado, sólo mediante un estudio social e histórico se puede entender el porqué un autor usa un género específico.
Ø Crítica de las tradiciones
En esta parte final del MHC se pretende encontrar las influencias que pudieron ser ejercidas sobre los autores de los textos, influencias que pueden haber llegado a ellos por su religión particular, por su cultura, por religiones o culturas extranjeras. Se encuentra una tradición, cuando por ejemplo se puede percibir en textos diferentes los mismos aspectos culturales, o se encuentran formulaciones similares dentro del texto bíblico y en textos de fuera de la Biblia[18]. Luego de darse cuenta cuál es la tradición a la que un texto pertenece, se debe regresar al texto de estudio y analizar el cómo se relaciona con la tradición que se encontró.
EVALUACIÓN Y LÍMITES DEL METODO
Con el uso del MHC se puede llegar a la pretensión de lograr cobijar todo lo que el texto tiene que decir, su metodología muy ceñida a la técnica de la ciencia brinda mucha seguridad al interprete que lo usa, pero puede dejar a un lado esa fe que tenían las comunidades en las que los textos se presentaron[19].
Caba[20] presenta algunos limitantes al uso del MHC: por un lado, esa faltante en el método de comprender la experiencia de la comunidad y sólo centrarse en el texto, hace que se pierda la religiosidad de la propia comunidad creadora del texto. Por otro lado, critica al MHC en que se queda en el pasado, pues “… no es la fuente la que hace comprender el texto, sino que es el texto el que articula la fuente”[21], podemos saber las partes en las que está unido el texto, el estudio filológico de las palabras, pero aún así se puede quedar corto, puesto que es en su naturaleza contextual en que se puede entender las partes y los términos de un texto. Igualmente por el retorno al pasado, el lector queda separado del presente, esto es, no crea los puentes necesarios con la cultura del lector, no actualiza el texto, por ello se puede llegar a convertir en un insípido estudio académico.
La parte positiva del MHC radica en que ayuda a entender el texto en su contexto particular, pues los escritos no son salidos de la nada, sino que las situaciones circundantes influenciaron a los escritores. Adicional a esto, resalta Caba[22] que el MHC va más allá pues pretende conocer las posibles fuentes que pudieron estar antes del texto o durante la configuración del mismo.
BIBLIOGRAFÍA
BAENA, Gustavo. El Método Histórico Crítico. En: THEOLOGICA JAVERIANA. No. 122 (Abril-Junio 1997); p. 155-179.
BRAVO, Carlos. Hermenéutica y Método Histórico Crítico. En: THEOLOGICA JAVERIANA. No. 1-2 (1976). p. 27-44.
BRUCE, F. Crítica. En: DOUGLAS, J. Nuevo Diccionario Bíblico. Trad. David Powell, ed. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas, 2000. [CD ROM]
CABA, José. Métodos de Estudio del Nuevo Testamento. En: PONTIFICIA UNIVERSITAS GREGORIANA. Gregorianum, vol. 73 (1992); p. 611-669.
LADD, George. Crítica del Nuevo Testamento: una perspectiva evangélica. Trad. Moisés Chávez. El Paso: Mundo Hispano, 1990. 176 p.
MARTINEZ, José. Hermenéutica Bíblica. Barcelona: Clie, 1984. 586 p.
PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA. La Interpretación de la Biblia en la Iglesia. Madrid: PPC, 2007. 133 p.
SIMIAN-YOFRE, Horacio, ed. Metodología del Antiguo Testamento. Trad. Alfonso Ortiz. Salamanca: Sígueme, 2001. 249 p.
VANHOOZER, Kevin. ed. Historical Criticism. En: VANHOOZER, Kevin. Dictionary for theological interpretation of the Bible. Grand Rapids: Baker, 2005. 896 p.
[1] Se puede decir que la Hermenéutica es el proceso por el cual se unen dos horizontes, el del autor con el del lector. Por su parte la palabra Exégesis, tendría que definirse como extraer el sentido que el autor quiso decir en su contexto. A pesar que puede existir cierta diferencia en los conceptos, algunos escritores los usan indistintamente.
[2] MARTINEZ, José. Hermenéutica Bíblica. Barcelona: Clie, 1984. p. 87.
[3] CABA, José. Métodos de Estudio del Nuevo Testamento. En: PONTIFICIA UNIVERSITAS GREGORIANA. Gregorianum, vol. 73 (1992); p. 612.
[4] VANHOOZER, Kevin. ed. Historical Criticism. En: VANHOOZER, Kevin. Dictionary for theological interpretation of the Bible. Grand Rapids: Baker, 2005. p. 290.
[5] PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA. La Interpretación de la Biblia en la Iglesia. Madrid: PPC, 2007. p. 36.
[6] Ibid, p. 36.
[7] LADD, George. Crítica del Nuevo Testamento: una perspectiva evangélica. Trad. Moisés Chávez. El Paso: Mundo Hispano, 1990. p. 30.
[8] Por ejemplo Simian-Yofre en SIMIAN-YOFRE, Horacio, ed. Metodología del Antiguo Testamento. Trad. Alfonso Ortiz. Salamanca: Sígueme, 2001. p. 85.
[9] Como lo hace la Pontificia Comisión Bíblica y que lo resalta Baena en BAENA, Gustavo. El Método Histórico Crítico. En: THEOLOGICA JAVERIANA. No. 122 (Abril-Junio 1997); p. 173.
[10] PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA, Op. Cit., p. 36.
[11] Se presentan los pasos del MHC tomando como base la presentación de los mismos hecha por Horacio Simian-Yofre en SIMIAN-YOFRE, Op. Cit., p. 84-125.
[12] PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA, Op. Cit., p. 37
[13] BAENA, Op. Cit., p. 176.
[14] BRUCE, F. Crítica. En: DOUGLAS, J. Nuevo Diccionario Bíblico. Trad. David Powell. ed. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas, 2000. [CD ROM]
[15] SIMIAN-YOFRE, Op. Cit., p. 107.
[16] Ibid., p. 116.
[17] Ibid., p. 116.
[18] Este ejemplo puede unirse a lo que se conoce como crítica de las religiones comparadas. En: LADD, Op. Cit., p. 157.
[19] Caba lo llama un uso a ultranza del método en CABA, Op. Cit., p. 618.
[20] Ibid., p. 618-620.
[21] Ibid., p. 619.
[22] Ibid., p. 617.
Acercarse a la Biblia siempre es una tarea fascinante, pues allí se pueden encontrar muchas historias y dichos que muestran el cuidado de Dios por su pueblo; sin embargo, en el intento de entenderla se puede caer en dogmatismo, espiritualismos o simplemente en interpretaciones que quedan lejos de lo que el mismo texto dice. Si bien es cierto, que agotar la riqueza del texto bíblico es casi imposible, también resulta bochornoso escuchar enfoques interpretativos que no tienen un soporte claro. Debido a estas divergencias en la manera de ir a las palabras de la Escritura, a lo largo de la historia se han presentado diversos enfoques, que ayudan a tener algunos parámetros de interpretación.
A pesar que en este trabajo no se pretende realizar un recuento histórico completo de la Hermenéutica[1] bíblica, sí es importante mencionar algunos métodos que fueron importantes en su momento histórico y que prepararan el desarrollo de la presentación del Método Histórico Crítico (MHC). Por un lado, la interpretación alegórica que presentaba sus dos líneas a saber, la literal y la propiamente alegórica; se decía que la interpretación literal era para los inmaduros y que los maduros interpretaban alegóricamente. Este método, aunque pivotado en lo literal, siempre podía dar como resultado interpretativo conceptos que no necesariamente estaban en el texto. La llegada de la cuadriga medieval, que dominó la interpretación bíblica durante la Edad Media, fue sin duda un aumento de la información obtenida del texto, ya que no sólo se tenía lo literal y lo alegórico, sino que se añadía lo moral y lo anagógico; el texto daba para todas estas interpretaciones. Sólo hasta la Reforma protestante se dieron cambios significativos.
Con el grito de Sola Escritura, los protestantes pretendieron desligar de la interpretación bíblica, algunos conceptos que se pudiesen haber entrado; es sabido que la alegoría fue adoptada por los judíos que adoptaban la filosofía griega, y como tal, los reformadores querían evitar esta intervención en el asunto interpretativo. Se presentó entonces el método gramático histórico, esto es, entender el texto en su intención literal con ayuda de la gramática y del contexto histórico. No se puede afirmar contundentemente, pero este avance significativo en la interpretación bíblica, es un paso importante para lo que es el MHC, ya que en este, se hace necesario considerar esos dos aspectos, el de la gramática y el de la historia. Lo más relevante al mencionar estos pocos métodos interpretativos, es que en este proceso se fue moviendo el hombre de una “especulación” a una “certeza”, de un quizá a un es, y fue el MHC una cumbre en el punto de la certeza, pues con este se busca “… el sentido de los textos bíblicos dentro del contexto de la historia de Israel, en el caso del Antiguo Testamento, o de la primera tradición cristiana en el Nuevo Testamento”[2].
El MHC surge como una necesidad de entender adecuadamente el contexto en el que los textos de la Biblia se dieron a luz. Algunas obras publicadas en el siglo XVIII, empezaron a dar ciertos campanazos de alerta dentro de los dogmáticos, frente a acercamientos que indicaban por ejemplo que lo que se cuenta de Jesús no es sino un complot de sus seguidores o por otra parte, que se debería entender la vida de Jesús quitándole todo lo sobrenatural de sus acciones[3]. Por eso se hace necesario, un estudio concienzudo para entender, si lo que se dice en el texto es histórico o es fruto del desarrollo religioso de la comunidad, se debe encontrar lo que está detrás del texto[4].
EL MÉTODO
Antes de presentar los pasos usados para la aplicación del MHC al estudio de la Biblia, es menester mostrar los principios fundamentales del método:
- Como su nombre lo indica, el método es histórico. Se debe considerar que el texto de estudio es uno que data de la antigüedad y que por lo tanto es relevante ubicarse, en cuanto sea posible, en el mismo entorno en el que los textos aparecieron, tanto de los posibles escritores como de los posibles oyentes[5].
- Es crítico. Con esto se refiere a que el método usa todo los aportes que la ciencia investigativa ha dado para la comprensión de los textos[6]. Una definición de crítica dará luces con referencia a este concepto, “‘Crítica’ significa hacer juicios intelectuales acerca de asuntos o preguntas históricos, literarios, textuales y filológicos que uno debe confrontar cuando se estudia la Biblia a la luz de toda la evidencia disponible”[7].
En esta parte del presente trabajo se pretende mostrar el método en sí, cuáles son los pasos a seguir para obtener la interpretación adecuada. Es pertinente aclarar, que para algunos estudiosos del tema, el MHC no es único sino que existen diversos métodos histórico- críticos[8], no obstante otros presentan estos métodos simplemente como parte de la aplicación del MHC[9]. En este trabajo se asume la postura que el MHC es uno sólo y que tiene varias partes que ayudan a interpretar el texto.
Ø Crítica textual
Consiste en alcanzar mediante las herramientas disponibles, el mejor texto basado en los antiguos manuscritos, sean en papiro, pergamino u otro material. El propósito principal es recuperar, en la medida de lo posible el texto original[10], hallar las variantes que resultan en cada caso y evaluarlas.
Ø La constitución del texto[11]
Es claro que para analizar un texto, necesitamos del mismo texto para el estudio, por eso este paso es muy importante porque se puede decir de dónde a dónde va el texto a estudiar y se revisa si tiene coherencia y unidad. La constitución del texto también se puede llamar crítica literaria[12].
El mismo texto de estudio puede presentar algunas guías que ayudan al interprete en el proceso de delimitación, por ejemplo las formulas iniciales, principalmente presentes en los oráculos proféticos “vino a mi palabra del Señor diciendo”; una formula conclusiva indicando la terminación de una acción o discurso “y cuando terminó Jesús estas palabras”. Además de las consabidas frases de inicio o cambio, también se debe considerar por ejemplo, cuando se resuelve el problema planteado en la trama, cuando se inicia o se introduce una situación nueva, cuando se presentan nuevos personajes o existen cambios geográficos en el texto.
En lo que tiene que ver con la unidad, que por cierto va muy de la mano con la delimitación, es relevante mencionar que lo que importa en esta etapa es la unidad del texto en sí y no si viene de diversas fuentes. Por ejemplo, una colección de leyes pudo haber sido extraída de diversas culturas pero en el texto se sucede en un solo bloque. Algunas pautas para validar la falta de unidad de un texto son: - cuando se suceden duplicaciones, no retóricas, que se presentan injustificadas en el desarrollo del escrito. – cuando existen tensiones que llevan a contradicción entre lo que se dice. – cuando aparecen dos o más veces el mismo texto en diferentes unidades. – cuando los géneros literarios son disímiles. – cuando la sintaxis es truncada o presenta complicaciones, ejemplo uso de terceras personas cuando se hablaba en primera. – cuando se den diferencias semánticas, esto es, que se usa un término con diferente sentido en el texto. – cuando existan fuertes diferencias estilísticas.- cuando en el texto se vislumbra un fondo religioso, o histórico o institucional que no sea consistente con el que el texto viene presentando.
Ø Crítica de la redacción
Debido a que los textos tuvieron un desarrollo progresivo, quizá iniciando su proceso por una tradición oral, se pretende con esta parte del método encontrar las diferentes relaciones que pueden surgir en el proceso de la composición del texto; el cómo y tal vez en qué orden se dieron las diferentes redacciones. Para ello se debe tener en cuenta los propósitos que los redactores tuvieron para realizar los cambios, además de considerar los contextos culturales y religiosos en que dichos cambios se dieron.
Es posible distinguir en ésta crítica que el texto es fruto de una recopilación, que el redactor pudo tomar de diferentes libros o tradiciones orales, y que los colocó como si fuese una unidad. Puede darse también el caso que además de la recopilación haya cierto grado de composición en el texto y por supuesto el redactor, no sólo puede colocar los textos como si fuesen pedazos de una colcha de retazos sino que se adicionan elementos redaccionales para su presentación. De igual forma, al tener estas fuentes, el redactor puede darse el lujo de incluir sus propias apreciaciones con referencia a lo que lee y ponerlo como parte del texto, así adiciona sus particularidades al texto; en esta misma línea de pensamiento, el autor puede re-elaborar completamente lo que recibe, cambiando el orden, resaltando lo que él considere pertinente y añadiendo interpretaciones.
Ø Crítica de la transmisión del texto
Esta crítica se refiere específicamente a la transmisión que pudo tener el texto en una etapa oral. Si bien es cierto que en este punto ya no estamos en el texto mismo, sí se piensa sobre el texto. ¿Cuándo entrar en este difícil campo? Cuando la propia investigación anterior que se hizo al texto, no arroje las suficientes luces con respecto a su formación, o cuando por ejemplo, aparece un relato casi idéntico en lugares diferentes.
Es claro que las tradiciones orales eran propias de los pueblos antiguos (y aún lo son) y se pueden presentar algunas razones para creerlo así: - la escritura tenía un alto costo económico, las facilidades para realizarla no estaban al orden del día; no era fácil ni tener los materiales ni tampoco tener un lugar a donde capacitar a los escribientes. – en las comunidades cerradas es típico que se presenten tradiciones orales, con el propósito de mantener vivas ciertas historias de la misma comunidad y de los miembros que la componen. – Finalmente, existen ciertos géneros literarios que al ponerlos de forma escrita, no van a transmitir de igual forma el mensaje que se quiere expresar, como si lo puede hacer la oralidad.
Ø Crítica de la forma
Simian-Yofre presenta esta parte con diferencias respecto a otros quienes típicamente la unen con la crítica de los géneros[13] o con crítica de las tradiciones[14], dice Simian-Yofre que “… consideramos “la crítica de la forma” … ligado –sobre todo en el estudio del Nuevo Testamento- a la determinación de “formas” literarias (pequeñas unidades literarias) originales, de las que tomarían su origen los relatos más amplios y complejos”[15]. Continua diciendo que esta parte del método tiene que ver con los aspectos lingüísticos del texto, los cuales él los ubica de la siguiente manera: - ambiente fonemático, con esto se quiere estudiar la parte sonora del texto estudiando las unidades mínimas de sonido, los fonemas. – ambiente sintáctico, en este punto se pretende estudiar las pequeñas unidades lingüísticas como lo son los morfemas, como se relacionan con las palabras a las que se unen y cómo esos morfemas se relacionan con otros términos del escrito. Además dentro del ambiente sintáctico también se estudia el lexema tales como los sustantivos, adjetivos, adverbios y verbos; igualmente se estudia la relación proposicional de cada frase – ambiente semántico, aquí se debe estudiar el lexema y la proposición semánticamente; para esto el interprete se ayuda de diccionarios y concordancias, sin embargo debe tener en cuenta que hay ciertos giros idiomáticos al poner una palabra en diferentes proposiciones. – ambiente estilístico, todo lo que anteriormente se ha estudiado debe estar unido bajo un estilo, tales como las repeticiones, las enumeraciones, los paralelismos, los quiasmos, las inclusiones y cualquier otra figura literaria. – el ambiente estructural, en esta parte el interprete debe revisar cómo se articulan las diferentes partes de un texto.
Ø Crítica del género literario
Con la ayuda de la crítica de las formas se llega a descubrir el género literario que presenta el texto. La forma es “… el conjunto de los elementos lingüísticos … que dan a un texto una fisonomía única y precisa”[16] en tanto que el género literario es “… una abstracción lingüística que permite asociar en una misma categoría los textos que poseen una forma literaria semejante”[17]. Los pasos básicos para encontrar el género literario son: la selección del material que se intenta comparar. No se puede decir que este texto tiene un género tal o cual si no se establece la aparición, por igualdad o contraste, de esa misma forma en otros lugares. Por otra parte, se debe revisar la crítica de las formas de cada uno de los textos comparados para observar similitudes y diferencias, entre más similitudes se encuentren entre lo que se compara, existirá mayor seguridad sobre el género del texto. En este momento de la investigación debe ser obvio, que todo estudio debe estar circunscrito a las circunstancias particulares en que se presentó el escrito, por lo que el género literario no puede dejarse a un lado, sólo mediante un estudio social e histórico se puede entender el porqué un autor usa un género específico.
Ø Crítica de las tradiciones
En esta parte final del MHC se pretende encontrar las influencias que pudieron ser ejercidas sobre los autores de los textos, influencias que pueden haber llegado a ellos por su religión particular, por su cultura, por religiones o culturas extranjeras. Se encuentra una tradición, cuando por ejemplo se puede percibir en textos diferentes los mismos aspectos culturales, o se encuentran formulaciones similares dentro del texto bíblico y en textos de fuera de la Biblia[18]. Luego de darse cuenta cuál es la tradición a la que un texto pertenece, se debe regresar al texto de estudio y analizar el cómo se relaciona con la tradición que se encontró.
EVALUACIÓN Y LÍMITES DEL METODO
Con el uso del MHC se puede llegar a la pretensión de lograr cobijar todo lo que el texto tiene que decir, su metodología muy ceñida a la técnica de la ciencia brinda mucha seguridad al interprete que lo usa, pero puede dejar a un lado esa fe que tenían las comunidades en las que los textos se presentaron[19].
Caba[20] presenta algunos limitantes al uso del MHC: por un lado, esa faltante en el método de comprender la experiencia de la comunidad y sólo centrarse en el texto, hace que se pierda la religiosidad de la propia comunidad creadora del texto. Por otro lado, critica al MHC en que se queda en el pasado, pues “… no es la fuente la que hace comprender el texto, sino que es el texto el que articula la fuente”[21], podemos saber las partes en las que está unido el texto, el estudio filológico de las palabras, pero aún así se puede quedar corto, puesto que es en su naturaleza contextual en que se puede entender las partes y los términos de un texto. Igualmente por el retorno al pasado, el lector queda separado del presente, esto es, no crea los puentes necesarios con la cultura del lector, no actualiza el texto, por ello se puede llegar a convertir en un insípido estudio académico.
La parte positiva del MHC radica en que ayuda a entender el texto en su contexto particular, pues los escritos no son salidos de la nada, sino que las situaciones circundantes influenciaron a los escritores. Adicional a esto, resalta Caba[22] que el MHC va más allá pues pretende conocer las posibles fuentes que pudieron estar antes del texto o durante la configuración del mismo.
BIBLIOGRAFÍA
BAENA, Gustavo. El Método Histórico Crítico. En: THEOLOGICA JAVERIANA. No. 122 (Abril-Junio 1997); p. 155-179.
BRAVO, Carlos. Hermenéutica y Método Histórico Crítico. En: THEOLOGICA JAVERIANA. No. 1-2 (1976). p. 27-44.
BRUCE, F. Crítica. En: DOUGLAS, J. Nuevo Diccionario Bíblico. Trad. David Powell, ed. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas, 2000. [CD ROM]
CABA, José. Métodos de Estudio del Nuevo Testamento. En: PONTIFICIA UNIVERSITAS GREGORIANA. Gregorianum, vol. 73 (1992); p. 611-669.
LADD, George. Crítica del Nuevo Testamento: una perspectiva evangélica. Trad. Moisés Chávez. El Paso: Mundo Hispano, 1990. 176 p.
MARTINEZ, José. Hermenéutica Bíblica. Barcelona: Clie, 1984. 586 p.
PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA. La Interpretación de la Biblia en la Iglesia. Madrid: PPC, 2007. 133 p.
SIMIAN-YOFRE, Horacio, ed. Metodología del Antiguo Testamento. Trad. Alfonso Ortiz. Salamanca: Sígueme, 2001. 249 p.
VANHOOZER, Kevin. ed. Historical Criticism. En: VANHOOZER, Kevin. Dictionary for theological interpretation of the Bible. Grand Rapids: Baker, 2005. 896 p.
[1] Se puede decir que la Hermenéutica es el proceso por el cual se unen dos horizontes, el del autor con el del lector. Por su parte la palabra Exégesis, tendría que definirse como extraer el sentido que el autor quiso decir en su contexto. A pesar que puede existir cierta diferencia en los conceptos, algunos escritores los usan indistintamente.
[2] MARTINEZ, José. Hermenéutica Bíblica. Barcelona: Clie, 1984. p. 87.
[3] CABA, José. Métodos de Estudio del Nuevo Testamento. En: PONTIFICIA UNIVERSITAS GREGORIANA. Gregorianum, vol. 73 (1992); p. 612.
[4] VANHOOZER, Kevin. ed. Historical Criticism. En: VANHOOZER, Kevin. Dictionary for theological interpretation of the Bible. Grand Rapids: Baker, 2005. p. 290.
[5] PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA. La Interpretación de la Biblia en la Iglesia. Madrid: PPC, 2007. p. 36.
[6] Ibid, p. 36.
[7] LADD, George. Crítica del Nuevo Testamento: una perspectiva evangélica. Trad. Moisés Chávez. El Paso: Mundo Hispano, 1990. p. 30.
[8] Por ejemplo Simian-Yofre en SIMIAN-YOFRE, Horacio, ed. Metodología del Antiguo Testamento. Trad. Alfonso Ortiz. Salamanca: Sígueme, 2001. p. 85.
[9] Como lo hace la Pontificia Comisión Bíblica y que lo resalta Baena en BAENA, Gustavo. El Método Histórico Crítico. En: THEOLOGICA JAVERIANA. No. 122 (Abril-Junio 1997); p. 173.
[10] PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA, Op. Cit., p. 36.
[11] Se presentan los pasos del MHC tomando como base la presentación de los mismos hecha por Horacio Simian-Yofre en SIMIAN-YOFRE, Op. Cit., p. 84-125.
[12] PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA, Op. Cit., p. 37
[13] BAENA, Op. Cit., p. 176.
[14] BRUCE, F. Crítica. En: DOUGLAS, J. Nuevo Diccionario Bíblico. Trad. David Powell. ed. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas, 2000. [CD ROM]
[15] SIMIAN-YOFRE, Op. Cit., p. 107.
[16] Ibid., p. 116.
[17] Ibid., p. 116.
[18] Este ejemplo puede unirse a lo que se conoce como crítica de las religiones comparadas. En: LADD, Op. Cit., p. 157.
[19] Caba lo llama un uso a ultranza del método en CABA, Op. Cit., p. 618.
[20] Ibid., p. 618-620.
[21] Ibid., p. 619.
[22] Ibid., p. 617.
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